Diario de León

La media veda cierra sus puertas

La codorniz, por la menor presencia de la que se esperaba, supuso cierto descontento entre los cazadores El conejo mejoró y la paloma se convirtió en la tabla de salvación

Un cazador con su perro en una jornada de la media veda en el campo leonés. FERNANDO OTERO

Un cazador con su perro en una jornada de la media veda en el campo leonés. FERNANDO OTERO

León

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La media veda baja el próximo domingo 17 de septiembre el telón. Lo hace tras un mes de actividad marcado por el panorama irregular que ha presentado la pieza estrella, la codorniz, que se salva del suspenso por poco.

Aunque las perspectivas eran favorables a una mayor presencia en el campo leonés lo cierto es que la realidad puso desde el primer día de la campaña, el 15 de agosto, las cosas en su sitio y en una realidad que se presentaba menos propicia de lo esperado y sembrando dudas, y a veces frustración, entre los cazadores.

Si en la jornada inaugural muchas perchas se quedaban desiertas y en otras apenas podían encontrarse dos o tres piezas, con el paso de las jornadas la situación no fue mucho más halagüeña. Bien es cierto que los números fueron mejorando, especialmente en las zonas del norte de la provincia, aunque no lo deseado para que la satisfacción fuera elevada entre los aficionados. Aunque antes del inicio de la media veda se pudo ver algún bando, no numeroso pero sí más que aceptable, una vez comenzada esta la situación no se tradujo como se esperaba. En gran medida por los condicionantes que rodean a este ave en cuanto a hábitat. No fueron los propicios en muchos sentidos y eso se tradujo en números más bajos de los esperado. Para el suspenso no pero tampoco para una nota elevada.

En cuanto a otra de las piezas destacadas, el conejo, se puede decir que sin echar las campanas al vuelo, el resumen de la media veda en cuanto a él puede considerarse como más que aceptable. Sin una continuidad y homogeneidad en cuanto a su presencia a lo largo de la provincia de León, ejemplares pudieron encontrarse para que los cazadores pudieran hacerse con alguna pieza. Y es que como dice el refrán: «a falta de pan...». Y si el pan era la codorniz, la segunda parte de esta expresión se centró en el conejo.

‘Prima’ de la codorniz, la paloma torcaz o bravía salvó la cara a la media veda convirtiéndose en su saco en la salvación para los aficionados que pudieron sacarse la espina con este ave, presente en cantidad a lo largo de la geografía provincial.

O que sí está claro es que la media veda tocará a su fin en dos días con un cierto sabor agridulce para aquellos que esperaban que este año fuera mejor que el precedente de manera clara.

Bien es cierto que algo de mejoría se ha comprobado pero no lo deseado para unos cazadores que ahora tendrán que esperar a la temporada de caza menor, ya a la vuelta de la esquina, para volver a poner a prueba su puntería y paciencia para, ampliando la nómina de objetivos como la perdiz y la liebre

Será una nueva ocasión para que la situación pueda verse mejorada a lo largo y ancho de la Comunidad aunque en especial por la cercanía en los campos de la provincia leonesa.

El tiempo, la situación de los campos así como otra serie de condicionantes como puedan ser los sanitarios serán una vez más determinantes para que puedan aparecer claros o nubarrones en el día a día de los cazadores de León.

La media veda no ha sido todo lo propicia que se esperaba y ahora se mira con cierto incertidumbre a la temporada de caza menor. Y cruzando los dedos para que se desarrolle en clave positiva.

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