Diario de León

Caza menor con pocas alegrías

La temporada bajó el telón a unos meses con más nubes que claros en los que el conejo ‘salvó’ el suspenso Liebre y perdiz, en clave desigual y con poco población

La temporada de caza menor bajó el telón en la Comunidad el pasado 28 de enero. JESÚS

León

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CAZA Y PESCA

La temporada de caza menor puso punto y final el pasado 28 de enero. Algo mejor de lo esperado en sus prolegómenos y primeras jornadas pero sin alcanzar una nota satisfactoria para los cazadores que desde finales de octubre buscaron su premio. Liebre, conejo y perdiz, como no podía ser de otra manera, fueron las piezas en las que se puso el punto de mira. Pero salvo el conejo en el resto las decepciones fueron bastante mayores que las alegrías.

En el caso del conejo, con una nota positiva pero en su debe aún sin alcanzar los números de años no muy lejanos, se puede decir que fue el encargado de ‘salvar’ un poco la situación. Bien es cierto que la población no está en su mejor momento en cuanto a ejemplares y que las enfermedades que lo amenazan han disminuido su presencia haciéndolo incluso desigual dependiendo de la zona a analizar dentro de la provincia, pero al menos como consuelo alguna percha pudo abrirse con él.

Y en cierta medida pudo evitar que las jornadas se quedaran en ciartos casos huérfanas para los aficionados a la caza.

Premio menor para ellos fue la liebre. Se esperaba que su cifra fuera más bien escasa. Eso no era un secreto y por esa razón los propios cazadores intentaron salvaguardar su presencia para momentos mejores. Para aquellos que pudieron atisbar su presencia el poder cobrarse alguna resultó bastante complicado. Algo que no varió mucho a lo largo de estos meses de caza menor.

No son los mejores años para la liebre y otra vez más quedó patente con unas cifras que aunque mantienen la tónica de los últimos años eso representa que las nubes siguen copando el cielo respecto a los claros. Un panorama que los cazadores esperan que mejore para ejercicios venideros esperandio que la naturaleza, en ese transitar cíclico, cambie los aspectos negativos por los positivos.

De igual modo ocurre con la perdiz, una de las grandes estrellas de toda temporada de caza menor que se precie. Por deseo de cobrarse alguna que no por la presencia de esta, fluctuante y menor de lo esperado.

Las previsiones no eran las mejores y las primeras semanas de actividad así lo dejaron claro en algunas de las piezas estrella. Y sin duda alguna en la más codiciada, la perdiz. Aunque antes del inicio pudieron otearse algunos grupos, lo cierto es que por unas causas u otras, climatología, cambio de hábitos, los más madrugadores se toparon con pocos ejemplares, más bien escasos, lo que llevó a un buen número de cazadores a completar jornadas con perchas ‘vacías’... y en el mejor de los casos con exiguos trofeos de uno o dos ejemplares.

Poco botín y eso dependiendo de la zona. Bien es cierto que la situación fue mejorando algo con el paso de las semanas aunque no ara que el suspenso pasara a un aprobado. Aunque sí para que esa mejoría, aunque leve, pueda apuntar a un siguiente ejercicio mejor. Ahora toca mirar al futuro e iniciar la cuenta atrás para un nuevo curso. Ya dentro de unos meses.

Algún brote verde

La perdiz mejoró a lo largo de la temporada aunque no como los cazadores hubieran deseado

Mirando al futuro

Aunque quedan meses por delante los aficionados miran a una nueva campaña con ánimos de que mejore
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