Joselu Mato y su segunda juventud

Fútbol

Unos minutos, dos goles y la sexta final de la Liga de Campeones para el Real Madrid en los últimos once años. Ni en los mejores sueños de Joselu Mato (Stuttgart, 1990) estaría escrito el guión que escribió en el manicomio del Bernabéu en otra noche legendaria de mayo en Chamartín. El ariete nacido en Alemania, criado en el pequeño pueblo gallego de Silleda y llegado a Valdebebas para sustituir a Karim Benzema tras un periplo por varios equipos como canterano del club, se convirtió en el último santo del Paseo de la Castellana.

Un doblete del 9 ‘low cost’ que llegó al equipo de su vida con 33 años, por medio millón de euros, para jugar a ratos sobre el verde, tumbó al Bayern para entrar en la fábrica de milagros de un equipo que en sus 122 años de historia ha construido una relación especial con la gesta y las victorias.

Llegó Joselu al Bernabéu a ser joven por segunda vez tras vestir la camiseta de once equipos de tres países diferentes, a marcar goles en el descuento y a aspirar a ganarlo todo. Así comenzó su vida en el Madrid cuando Jose Mourinho le regaló unos minutos en una goleada al Almería en mayo de 2011 para anotar un octavo gol que no valía más que para su estadística. La historia del ariete cedido por el Espanyol es la de alguien que siempre creyó. De quien en la recta final de su carrera, tras irse dos veces al descenso con los pericos y el Alavés, toca el cielo de forma inesperada.

Un recurso útil en la plantilla y desatascador de partidos que se complican, que ha participado en 46 duelos este curso -17 goles- y que ante los bávaros anotó las dos dianas más importantes de su extensa carrera en dos minutos y 40 segundos. «Uno se hace futbolista para vivir lo que he vivido en el pasado. El trabajo me ha llevado aquí, da sus frutos. Muchos dudarían a inicios de temporada. La confianza del míster, de mis compañeros.», trató de explicar el delantero tras la enésima noche inexplicable en el Bernabéu, en la que el Madrid alcanzó su decimoctava final de la Copa de Europa.

Los goles del santo madridista, como pasa con los de la entidad que preside Florentino Pérez, ocurren, no se anuncian. Lo dijo Tuchel en la previa, conocedor de su historia reciente en Europa, y días antes Ancelotti, sabedor de que su equipo gana en ocasiones más por la actitud que con el físico. De aficionado a héroe A él se agarró el de Reggiolo en el minuto 81, cuando el Bayern preparaba la caja para enterrar a los blancos. Primero en el 88 y luego en el 90. Rápido y fácil. Como hizo en los minutos 83 y 85 con España ante Noruega en marzo del pasado año en la Liga de Naciones, o como repitió días después ante Italia en semifinales de dicha competición. El héroe que no estaba en los planes de casi nadie, tenía la respuesta.

El ‘9’ de 1,92 metros de altura que nunca dejó de creer logró la enésima remontada para ir a Wembley a su primera final de la Champions como jugador. En la anterior de los blancos estuvo presente en París como aficionado junto a su padre, y como familiar de su ahora compañero de equipo Dani Carvajal. El futbolista está casado desde 2016 con Melanie Cañizares, hermana melliza de Daphne y cuñada por tanto del lateral. «El fútbol es mi vida entera, y los momentos malos son muy difíciles, pero he tenido la suerte de que ella me supo guiar», explicó en una entrevista el ex del Hoffenheim, Eintracht, Hannover, Stoke o Newcastle.

Tchouaméni, duda para la final

El francés Aurelien Tchouaméni, centrocampista del Real Madrid, sufre una lesión de estrés en el pie izquierdo que, según pudo saber efe de fuentes del club, le hace ser duda con miras a la final de la Liga de Campeones de fútbol del próximo 1 de junio en Wembley contra el Borussia Dortmund alemán.