Diario de León

Balonmano | Liga Asobal

El Ademar tira de garra para acabar la Liga quinto (33-33)

Tremendo final de partido de los leoneses, con un Juan Castro estelar en su último baile

El Ademar logra un meritorio empate ante Logroño y cierra la Liga en quinta posición.

El Ademar logra un meritorio empate ante Logroño y cierra la Liga en quinta posición.MARÍA FUENTES

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"Es una pena que este grupo humano muera tras el partido contra Logroño", se lamentaba Dani Gordo en la previa. Como para no hacerlo. Más allá de terminar quintos, del empate a 33 contra los riojanos, de las calamidades que han pasado por culpa de las obras del Palacio y de los problemas extradeportivos, lo que ha demostrado este Abanca Ademar durante toda la temporada merece un tiempo largo para la reflexión. Lesiones, la pérdida de jugadores referentes, pocos fichajes de renombre, muchos jóvenes... Nada ha servido de excusa. Después de tres años consecutivos cayendo en picado, el técnico de Pucela ha devuelto al club al lugar de donde nunca debió salir. Con un balonmano moderno, competitivo y cien por cien ADN ademarista, retorna del letargo para alegría de una afición que por momentos había perdido la esperanza. 

Intenso, eléctrico y sin respiro para las defensas. Así comenzó un duelo en el que había más que dos puntos en juego. Un toma y daca entre dos gallitos que Palomino lideró para Logroño y Carlitos para Ademar (5-5, minuto 7). Los riojanos, mejor asentados atrás, impusieron un ritmo endiablado a la contra que obligó a Gordo a pedir tiempo muerto enseguida. Con Juan Castro bien anulado por los defensas visitantes, al cuadro leonés se le empezaban a atragantar los ataques en estático. Había que corregir todas las líneas cuanto antes.

Logroño abrió brecha en gran medida porque la defensa marista no acababa de sostener las buenas acciones de Palomino. Gordo, que ya advirtió en la previa que Rodrigo iría convocado a pesar de tener molestias, se vio obligado a meter en pista a Miñambres para que echara un cable al capitán en la creación. Fue en el 19, con 10-13 en el marcador, cuando el mayor de los Pérez Arce salía a escena. Las buenas paradas del portero riojano frenaron el ímpetu de un Ademar fallón y por momentos previsible.

La roja a Soler por un golpe en la cara a Castro debilitó a la muralla riojana, que sin embargo continuaba ampliando su ventaja debido a los erráticos tiros de Santista. Como casi siempre, solo Castro y Carlos encendían la luz anotadora para mantener al Ademar a dos de distancia (14-16, minuto 25).

En el mejor ataque en estático del primer tiempo, Ademar ponía el empate (16-16) con tremenda paciencia, pero Logroño aprovechaba cada error local para golpearle donde más duele a este equipo, al contragolpe. Enfado, por cierto, tremendo de la grada con la pasividad de los colegiados ante un Logroño demasiado agresivo 17-19, al descanso).

Al Ademar se le notó justo de fuerzas en el primer acto, con ganas de agradar a la afición y quizá más corazón que cabeza. La mejor noticia fue, sin duda, irse solo dos abajo al vestuario. Con un grado más de intensidad defensiva darle la vuelta parecía posible. Otra vez Logroño hizo un marcaje sobre Castro, aunque Gordo se sacó el as de la manga de Carlos Álvarez como lateral y de paso a Adelino (20-20, minuto 34). Partido nuevo.

Que la defensa del Ademar era otra lo demuestran los cuatro goles que apenas le metieron en once minutos. El Palacio se vino arriba ante la adversidad y contra unos árbitros lamentables. Para hacérselo mirar un año más la Asobal. Los leoneses tienen una capacidad encomiable para resistir en casa. Sin laterales, con poca aportación del pivote y los extremos y sin una efectividad alta en portería, Ademar logró ponerse dos arriba, la máxima del partido para León.

Tramo decisivo del encuentro con los de Gordo en su momento más dulce y Logroño, que hasta ese momento lo había hecho casi todo bien, dos abajo y solicitando tiempo muerto para cortar la racha. Tremendo final se avecinaba.

Diez minutos y las espadas en todo lo alto. Velasco logró su objetivo y los suyos recuperaron la fuerza perdida atrás para colocar un +3 que no aplacó a la fiera. Mal Saeid y bien Palasics. Por ahí comenzó a decantar la balanza Logroño. Al Ademar le costaba un mundo cada ataque y Rodrigo volvió a evidenciar que no está para jugar. Parada de Saeid y Casqueiro colocaba el 32-33. Un minuto y ataque para empatar y ser quintos. Penalti y Castro para la historia. Su última hoja de servicio. Gol y cuatro segundos (33-33). Velasco pidió tiempo muerto para buscar un último ataque a la desesperada. Locura. Sí, Ademar será quinto. Sí, muere un grupo de jugadores impresionante y sí, hay esperanza.

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