Mucha agua y ríos revueltos a la espera de que ‘amansen’
PESCA. Las precipitaciones están marcando el primer tramo de una temporada que a partir de este mes de mayo debe mejorar

La temporada de pesca en los ríos leoneses ha superado el primer mes de actividad con la climatología y los caudales altos como grandes condicionantes.
La primavera siempre llega revuelta para la práctica ce la pesca. En especial en su primera mitad. Y este año no ha sido diferente. Incluso algo más ‘revoltosa’ en los ríos de León.
La climatología manda y en esta ocasión las altas precipitaciones han contribuido a que los escenarios presenten caudales altos, aguas en muchos casos turbias y una temperatura baja. No es lo más propicio para una temporada que levantaba el telón el 29 de marzo y que para los miles de aficionados, tanto para los más madrugadores que no han querido perderse este primer tramo como para otros que esperan a que el tiempo sea más favorable, este mes de mayo debe representar el punto de inflexión para que ese panorama irregular a y veces menos propicio vea como las nubes, real y metafóricamente hablando, se dispersan. Junio será ya otro cantar, incluso mejor. A pesar de todo ello y superado el primer mes de la campaña, los pescadores leoneses y aquellos que también disfrutan de los más de 2.000 kilómetros de las masas de agua trucheras existentes a lo largo y ancho de la geografía provincial han podido dar rienda suelta a su pasión con la caña y el sedal. Eso sí, más desde la orilla que en el interior de los ríos dadas las condiciones de estos con caudales elevados, tanto en los regulados por embalse como los de montaña. Y ahí la modalidad de lance cuenta con una ventaja en estos días. Las truchas, de gran tamaño, pero que aún no se están dejando ver como se desea hasta que las aguas clareen y sean más templadas, también se están mostrando ‘esquiva’ en cierta medida las más veteranas en cuanto a edad. Aún así, se puede decir que la temporada apunta a una nota alta, ya que estas precipitaciones actuales y las pasadas pueden posibilitar que el desarrollo de la actividad no se vea perjudicado por la sequía. No hace muchos años y en especial en los últimos meses se había convertido en todo un problema. En este todo apunta que esa ausencia de agua con caudales bajos con el verano en su máxima expresión está lejos de atisbarse. Órbigo, Tuerto, Bernesga, Porma, Duerna, Esla, Eria, Sil... En todos ellos la actividad de la pesca será notoria con el paso de unas semanas y una temporada que como viene siendo habitual desde hace muchos años bajará el telón en los ríos no regulados salvo las excepciones que marque la normativa el 31 de julio mientras que en los regulados y en algunas excepciones no será hasta el 15 de octubre. Una temporada que vuelve a tener a León como un referente y que por su longitud en cuanto a masas de agua y paisajes promete jornadas muy intensas y también gratificantes. Ahora en este primer tramo y por aquello de la climatología un poco menos.