La Ponferradina pierde el tren

Enviado especial de Diario de León La Deportiva perdió en Pasarón buena parte de sus esperanzas de contactar con la cabeza de la tabla, después de caer ante un equipo que se mostró superior a los de Simón en el cómputo global del encuentro. Y es que los bercianos protagonizaron uno de los peores partidos de toda la temporada, dejando siempre la iniciativa en poder del rival y confiando en que la fortuna le sonriera para detener los intentos ofensivos del cuadro granate, a la espera de un contragolpe para hacer daño ante Martín Ragg. El primer objetivo se cumplió durante setenta y tres minutos, en los que el guardameta Álvaro volvió a convertirse en el mejor del equipo, salvando a la Deportiva de encajar varios goles. Pero en ese minuto citado, el habilidoso Manu Busto, que había saltado al campo poco antes, se marchó de cuantos contrarios le salieron al paso y fusiló al meta vasco desde la frontal con un derechazo que se cuela por la escuadra. Un gran gol. Quedaban algo más de quince minutos para la conclusión y sólo entonces los blanquiazules parecía que buscaban tímidamente el portal de Ragg. Nunca lo encontraron y lo más cerca que estuvieron de marcar, fue gracias a un remate Panadero que salió junto al palo. Sólo una vez hubo de intervenir el meta del cuadro gallego y fue en un lanzamiento de falta a cargo de Alejandro, que el hispano-argentino detuvo sin muchos apuros. Por contra, cuando el partido ya expiraba, la Deportiva se encontró con la posibilidad de empatar gracias a una falta dentro de la media luna del área local. Todo el equipo de Gay se puso en la barrera en lo que parecía el último cartucho de los bercianos. Villa tiró a colocar y lo hizo mal. La pelota salió rebotada y cayó en los pies de Curiel, que atravesó todo el campo para batir a Álvaro en vaselina. Un triste epílogo para un partido que realmente, no merecía otra cosa.