Juan Arias sólo seguirá en Ademar si hay un presupuesto competitivo

Ademar León esperará a tener cerrado el presupuesto de la temporada actual antes de abrir el proceso electoral obligatorio, que deberá determinar antes del 31 de diciembre de 2004 el nombre del presidente del club para los cuatro años posteriores. Los retrasos en la respuesta de Caja España, que soporta un 15% del actual presupuesto, impiden que se establezca ya un calendario de fechas, aunque la normativa vigente habilita doce meses, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2004 para la celebración de los comicios. La primera entidad financiera de la comunidad autónoma tiene una propuesta de patrocinio del club leonés, como cada año, pero de momento, no ha determinado su cuantía. Juan Arias, actual presidente del Club Balonmano Ademar, negó ayer que su decisión respecto a la posibilidad de presentarse a la reelección esté vinculada directamente con el resultado de las negociaciones con el patrocinador privado más fuerte del balonmano leonés, pero no ocultó que, en caso de sufrir una decepción en este sentido, sí que podrían cobrar fuerza los rumores que le sitúan fuera del siguiente mandato presidencial en el club: «Hablar ahora de eso no es conveniente, puede sonar a presión, y no queremos entrar en ese juego. Solamente nos interesa hacer un proyecto a tres años vista, más o menos, para saber a qué atenernos, y en ese periodo de tiempo, un 15% del presupuesto es una cifra muy importante, entonces, hasta que no se sepa con qué medios contamos, no podemos decidir nada». Cosa de continuidad El asunto se centra más en la continuidad del club como tal que en los nombres: «Los ingresos por publicidad están dando resultados que no esperábamos, y lo que no se consigue con patrocinadores grandes, está llegando por los pequeños. No estoy descontento con este presupuesto, lo que sucede es que en España tenemos una visión distinta del marketing, y entonces te encuentras con que, por ejemplo, multinacionales que patrocinan el balonmano de otros países, como en Rusia por ejemplo, en España ni siquiera se plantean entrar».