El equipo español regresa «con las manos vacías pero con la cabeza bien alta»

Un sentimiento de tristeza invadía a los jugadores del equipo español. Perder siempre resulta doloroso y máxime para Juan Carlos Ferrero, que por primera vez en su carrera sufrió en sus propias carnes lo que significa caer en el quinto y definitivo set por 6-0. «Eso no me había ocurrido hasta ahora y, la verdad, no es agradable, aunque lo peor es la derrota en sí, porque nos habíamos hecho muchas ilusiones en esta final y no fue posible conquistar la Copa Davis», declaró el de Onteniente. Respecto a lo que le ocurrió en el quinto período no supo explicarlo demasiado: «En realidad creo que fue Philippoussis con su cambio de táctica el que motivó mi bajón en el juego. Él se fue a la red, buscando la volea, y esa presión la noté demasiado. Pienso que él se recuperó de sus problemas en el hombro cuando yo esperaba que acusara molestias». Ferrero considera que «Philippoussis no había alcanzado el tono del principio y en el tercer y cuarto set pude reaccionar, pero fue en el quinto cuando solucionó el partido con sus frecuentes acciones cerca de la red». El valenciano no ocultó su desilusión: «Cuando pierdes un partido tan trascendental tienes un sentimiento de tristeza, que no es fácil explicar. Teníamos muchas esperanzas y por mala suerte no hemos podido ganar». A Juan Carlos se le escaparon en esta final dos partidos cuando los tenía bien encauzados: «Son cosas del tenis. El primer día le jugué a Hewitt de tú a tú y al final él acabó más fresco y pudo ganar. Contra Philippoussis, repito, fue que su cambio de sistema le dio el resultado que buscaba».