Queiroz les enseña a defender

DEFENDER BIEN para atacar mejor. Es la tesis que mandó Carlos Queiroz a su gente en la víspera. Y por lo que se ve lo captaron sus jugadores. Le ha costado meses de insistencia, pero al final, el Real Madrid por fin ha aprendido a entender que el fútbol no sólo es fantasía, toque y tacón. El Madrid, más allá del resultado de anoche, ha incorporado nuevos códigos a su juego precisamente en el primer partido clave de la temporada, ante el rival más serio que se ha encontrado hasta la fecha. El Real Madrid ya venía mostrando mejoría en la presión desde el inicio de la temporada, aunque su falta de fluidez en la creación en los últimos tiempos provocase que esta vertiente pasara inadvertida. Porque defender bien no vende. El mérito de este cambio radical en el concepto del juego es de Queiroz. Al técnico portugués le duele esa historia mítica ya de que un entrenador en este Real Madrid galáctico es algo así como un árbitro insulso que carece de poder ni capacidad para imponer nada. Un guardia de tráfico que no puede poner multas. Sin embargo el Real Madrid puede mejorar muchos aspectos de su juego colectivo. Y ayer dio el primer paso. Todo el mundo arropó atrás, con un Iván Helguera excepcional de central, con ayudas de Guti, de Solari, de Figo. El Madrid ya sabe lo que es un equipo y no una asociación de estrellas. Es una buena noticia para el Real Madrid. Porque el Valencia sí es un rival de enjundia.