Europa clama contra la Uefa por obligar a jugar a los españoles

La decisión de la Uefa de obligar a los equipos españoles a disputar los partidos de los octavos de final de la competición europea ha generado opiniones encontradas entre los partidarios a mantener los encuentros previstos y los que preferían aplazarlos. Las peticiones de los clubes españoles fueron desoídas por los dirigentes del fútbol europeo, que optaron por rechazar suspensión alguna y obligar a los equipos inmersos en la Copa de la Uefa a disputar sus partidos. Este fue el caso del Villarreal, Barcelona, Valencia y Mallorca, que no querían jugar, afectados por la violencia que sacudió a Madrid, y al final todos tuvieron que hacerlo. «Jugar este partido ha sido una falta de respeto», dijo Phillip Cocu, centrocampista holandés del Barcelona tras el encuentro jugado en Glasgow contra el Celtic. «Por respeto a las víctimas el partido no se debió haber jugado», añadió en representación de su plantilla. Fue de los más rotundos. Pero no el único. «Me parece que la Uefa se ha equivocado al no aplazar los partidos de los equipos españoles. No actúa con razonamiento, como lo está haciendo todo últimamente», opinó el ex seleccionador español Jose Antonio Camacho, actual técnico del Benfica. La opinión de prensa tampoco se ha mantenido al margen. Italia ha criticado duramente a las autoridades deportivas europeas por ordenar que se jugasen estos partidos. Por pasar por alto lo sucedido en Madrid. Los titulares no han empleado medias tintas. «Escándalo Uefa», fue la apertura del Corriere dello Sport. «Una Uefa sin vergüenza. Todo el mundo se para pero la Uefa no», apuntó la Gazzetta dello Sport. Una línea similar aunque más suave han mantenido los diarios alemanes. La masacre padecida por Madrid disparó la conmoción internacional. Aunque también las valoraciones se encontraron. El centrocampista del Lazio italiano Stefano Fiore reconoció que «el fútbol se debería parar ante tragedias como la acontecida en España». La celebración de los partidos fue puesta en entredicho. Pero al final el fútbol y otros deportes seguirán adelante en las competiciones nacionales e internacionales. El dolor queda aglutinado en un minuto de silencio en los estadios y campos. Y en brazaletes negros. Adriano Galliani, administrador delegado del Milán y presidente de la Liga Profesional Italiana de Fútbol (Lega) fue uno de los defensores de la decisión de la Uefa. «La Uefa ha hecho tristemente la única cosa que podía hacer, pues el fútbol no puede detenerse. Hay que honrar a quien ha muerto y a quien sigue, pero la única cosa que se puede hacer es dar fondos a los parientes de las víctimas», ha comentado Galliani. «Parar la Liga sería dar cancha a los terroristas», expresó el defensa del Celta. Denilson, sin embargo, se mostró partidario de suspender la jornada liguera del fin de semana «sin pensarlo». El Atlético de Madrid, por su parte, fue uno de los equipos que pidió la suspensión de su encuentro de Liga ante la Real Sociedad para «trasladar al fútbol el luto establecido por el Gobierno». Sin embargo, al final jugará en el estadio de Anoeta. Las expresiones de dolor, el recuerdo a las víctimas y la repulsa a la violencia aglutinarán las sensaciones de la próxima jornada. Prolongarán el sentir abierto y el estremecimiento que ha abrazado a toda la sociedad desde el primer momento. Algo que se vio ayer refrendado en Nyon. Igual que en la sesión preparatoria de todos los equipos. El Valencia, con David Albelda y Rubén Baraja como capitanes a la cabeza. El Real Madrid, reflejado en Raúl González y un comunicado unánime de repulsa consensuado con toda la plantilla. La del Atlético de Madrid, la del Real Mallorca, la de todos los equipos. En bloque. Crespones negros en las banderas. La Liga francesa ha anunciado que en todos los partidos del campeonato francés de este fin de semana va a guardar un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas de los atentados. Amistosos El Bayern de Múnich le ha ofrecido al Real Madrid jugar un partido a beneficio de los damnificados por los atentados del 11 de marzo en Madrid. El Bayern abandonó Madrid el jueves en la mañana, tras caer ante el equipo blanco por 1-0 y cuando ya habían hecho explosión las bombas. «En Madrid no nos dimos cuenta de la dimensión del atentado y sólo en Múnich supimos de los numerosos muertos y heridos», dijo Rummenigge, quien agregó que el Bayern le había propuesto a uno de los directivos del Real Madrid, Pedro López Jiménez, jugar un partido de en beneficio de los familiares de las víctimas del atentado «lo más pronto posible» en el estadio Santiago Bernabéu.