Giuly promete alejar del Nou Camp el maleficio francés

Ludovic Giuly intentará romper el maleficio que históricamente rodea a los jugadores franceses en el Barcelona, ya que hasta ahora los ocho anteriores fichajes de esta nacionalidad, salvo Lucien Muller, no cuajaron a pesar de las buenas perspectivas iniciales. Giuly será el noveno francés en vestir la camiseta barcelonista. El primer jugador de esta nacionalidad fue Verdoux, un delantero que sólo estuvo una temporada en el Barcelona (1917-18), jugó cinco partidos y marcó cuatro goles. El segundo fue Lucien Muller (1965-68. 119 partidos y 4 goles). Actuaba de medio volante, tenía una gran técnica individual y llegó procedente del Real Madrid, equipo con el que había ganado tres ligas de forma consecutiva. Con el Barcelona conquistó una Copa de Ferias (1965-66) y una Copa del Generalísimo (1967-68). Posteriormente fue entrenador del Barcelona en la primera temporada de José Luis Núñez al frente del club. En los últimos años, el Barcelona ha incrementado su nómina de franceses, aunque con escasa fortuna. El primero en llegar fue Laurent Blanc, considerado por los franceses como su particular Beckenbauer. Blanc, que después fue campeón del Mundo con Francia, no cuajó en el Barca, porque no gozó de la plena confianza de Bobby Robson. Posteriormente demostró de sobras su valía en el Olympique de Marsella, Inter de Milán y Manchester United. Christophe Dugarry pasó aún más desapercibido que su compatriota. Fichado en junio de 1997 procedente del Milán, el delantero francés nunca contó para Louis van Gaal. Jugó 17 partidos y marcó un tanto en liga. Frederick Dehu llegó en la temporada 1999, precedido del buen rendimiento ofrecido en el Lens. Al año siguiente, llegaron dos nuevos franceses al equipo catalán (Dutruel y Petit). El Barcelona fichó al meta Dutruel procedente del Celta. Petit llegó del Arsenal. Luego, Cristanval. Precedentes que no asustan a Giuly.