La «orquesta» blanquiazul suena bien, pero todavía está sin afinar

El primer ensayo de la Deportiva ha permitido a los pocos aficionados que se dieron cita el sábado en El Toralín, comprobar que esta temporada se está formando un bloque de garantías con el que se puede soñar con la fase de promoción a Segunda División. Decir esto a estas alturas de la pretemporada, con sólo un encuentro de preparación y con la plantilla todavía por confeccionar, puede parecer excesivamente pretencioso, pero lo cierto es que Tomé tiene mimbres como para pensar en objetivos ambiciosos. Por lo visto ante el Real Valladolid, los blanquiazules disponen de una portería buen cubierta, con Rubio y Sierra como protagonistas, aunque todo hace indicar que el primero parte con muchas opciones de seguir ostentando la titularidad, mientras que su paisano, David Sierra, deberá aguardar su oportunidad desde la suplencia. La zaga es, probablemente, la línea más completa del equipo en estos momentos. Como mucho, habría que pensar en reforzar el lateral zurdo para buscarle un complemento a Juan Fuentes, por si el de Ordes sufriera algún contratiempo. La otra banda está cubierta por Toñín y Jechu, aunque ahí también podrían entrar gente como Jesús o el propio Povedano, en caso de necesidad. Para el centro, la situación parece resuelta con estos dos jugadores, además de Soto y el todavía inédito Joaquín Bornes. En el centro del campo están las principales carencias, toda vez que ahora mismo sólo se cuenta con Rivadulla y Miguel como pivotes. Se necesitan otros dos refuerzos que deberían llegar esta misma semana porque el tiempo se va echando encima y lo ideal es que el equipo tenga margen para conjuntarse antes del inicio de la temporada. En bandas también se puede mejorar, aunque Tomé estará satisfecho de contar con dos jugadores de mucha talla como Fran y Rubén Vega, que el sábado, pese a su escasa preparación física, ya dieron muestras de lo que son capaces de hacer con el balón en los pies. Brasi completa la alternativa por la izquierda y parece estar en mejor línea que en la pasada campaña. Arriba todavía hay que apuntalar el ataque con un hombre gol, del que ahora se carece. Gonzalo vuelve a ilusionar, como ya lo hiciera el año pasado, pero no es un goleador nato porque gusta de arrancar desde posiciones más retrasadas. Ahí también encaja (en realidad es muy polivalente) un Rubén Vega que derrocha calidad a raudales pese a su aparente frialdad. Si el cuerpo técnico es capaz de dar con un delantero resolutivo, la Deportiva puede formar un equipo temible esta temporada, aunque esto no ha hecho más que empezar.