El equipo femenino bordea la gesta y pese a la derrota con Dinamarca se plantea la opción de pelear por todo
Susana Fraile trata de combinar un balón con Montse Puche
La selección española perdió por 21-23 ante Dinamarca, campeón de los dos últimos Juegos Olímpicos, en el mejor partido hasta ahora de las españolas en el torneo y en el que luchó con acierto por preservar la diferencia de goles, lo que le puede clasificar para los cuartos de final. El objetivo se consiguió gracias, sobre todo, al juego de la segunda parte, en la que el equipo estuvo inteligente, supo cual era su objetivo y dejó sin capacidad de maniobra durante muchos minutos a un rival de la entidad de Dinamarca, que al final incluso vio que la victoria peligraba. Lo que inicialmente no pasaba de tratar de no sufrir una derrota abultada y caer con estrépito para no ver perjudicada la diferencia de goles, se convirtió en una fase de muy buen juego del equipo, la mejor de todo el torneo del equipo español, hasta llegar a reducir las diferencias tan sólo dos tantos. La actuación de España fue ejemplar, lo que le hace albergar esperanzas de clasificarse e incluso de dar una sorpresa ante la selección de Corea en su último partido del grupo. Todo está pendiente de lo que resta de una competición con mucho aliciente para España.