El Karvina sirve de sparring para un Ademar que piensa en el Barça

La República Checa vive estos días el quince aniversario de la Revolución del Terciopelo que en 1989 puso fin al régimen comunista. Pero no de terciopelo, sino de papel de lija fue la defensa que en la mañana de ayer realizaron los checos sobre los leoneses. Repartieron «estopa» todos, desde los extremos hasta el pivote. Sin embargo, pese a su dureza, el Ademar se impuso de forma clara con ocho goles de diferencia que son fiel reflejo de la mayor calidad del Ademar sobre la pista. Y eso que Cadenas, pensando en el compromiso del próximo miércoles ante el Barcelona, dio descanso durante toda la segunda parte a Kjelling y a Juanín. Por parte de los checos, lo que se esperaba. Muy escaso juego con los pivotes y todo el protagonismo para los extremos y los laterales, especialmente el izquierdo Avel Horak, que fue un auténtico martillo durante todo el partido. El encuentro empezó muy igualado. Ademar estrenó el minuto uno con Yeray en pista, secundado con Juanín, Colón, Entrerríos, Kjelling, Metlicic y Roberto. Los checos pusieron en cancha su mejor artillería y defensivamente un pegajoso 6-0. Ambos equipos comenzaron con mucha intensidad, tanto en defensa como en ataque. Mientras el septeto checo estuvo fresco, las diferencias fueron mínimas. El Ademar, con un Colón muy acertado en los compases iniciales, se escapaba de uno o dos goles pero los checos reaccionaban y volvían a estar ahí. Pronto quedó muy claro que casi el único recurso del Banik Karvina checo era el lateral izquierdo Avel Horak. Un auténtico «toro» de gran disparo y enorme fuerza física. El 70% de los ataques de su equipo acabaron con una acción suya. Hizo diez goles al Ademar, a pesar de que Cadenas había advertido de su peligrosidad, y sus jugadores lo vigilaron como auténticos perros de presa, saliéndole siempre al paso para evitar que cogiera carrera y lanzase uno de sus trallazos. Viran Morros estuvo especialmente activo en este capítulo. Así con los dos equipos manteniendo el tono, se llegó al minuto veinte con el Ademar con un sólo gol por arriba (13-14). El joven Yeray Lamariano volvió a tener una meritoria actuación. Hizo varios paradones a bocajarro que en esta primera parte, cuando en una ocasión León quedó con cuatro jugadores en pista, evitó que los checos cogiesen ventaja en el marcador. Las defensas fueron duras durante todo el choque. Prueba de ello es que los árbitros, una pareja turca de nivel ínfimo, pitaron doce exclusiones a los leoneses y nueve a los checos. En la recta final del primer tiempo, la defensa del Ademar aumentó en intensidad con un Héctor Castresana muy motivado y consiguieron irse al descanso ya con cuatro goles de ventaja. Una diferencia en el marcador que a la postre ya fue inalcanzable para el Karvina, máxime cuando su nivel físico empezó a bajar. Y es que en la profundidad del banquillo estuvo una de las claves del partido. El Ademar pudo seguir manteniendo la intensidad porque las muchas rotaciones que hizo Cadenas no implicaron una merma en su juego. Los checos, sin embargo, no pudieron hacerlo. Por eso, durante los veinticinco primeros minutos del segundo tiempo sólo consiguieron marcar nueve goles. De hecho, Cadenas reservó todo el segundo tiempo a Kjelling y a Juanín, que entre los dos marcaron ocho goles en el primer tiempo. Incluso en los diez últimos minutos dio entrada al portero Jorge Martínez, para volver a la meta después de su esguince de tobillo. El asturiano, muy acertado, paró seis de nueve incluido un penalti. El entrenador checo se desesperaba, cambió al portero, dio entrada a otros jugadores, pero nada valía. Al final, 30-38 y un paso de gigante de los leoneses para pasar a cuartos de la Recopa de Europa. El partido ante los checos deja una conclusión bien clara y es que el Ademar presenta una candidatura firme para estar en la final de esta competición continental.