Rafa Nadal inaugura el palmarés sin perder ni un set en tres días

Hace una semana se coronó en Sevilla; en León subió al trono. En la capital hispalense se hizo con la ensaladera de la Copa Davis, en la leonesa con el Master Ciudad de León. Allí hechizó a todos con su juego, aquí también. Es Rafael Nadal, ese muchacho de sólo 18 años que tiene ya un billete en el bolsillo para inscribir su nombre entre los grandes del tenis. Viene con la fuerza de un huracán y el ansia desbocada de quien empieza. Se plantó en final del torneo leonés tras sacar de la pista a David Sánchez el pasado viernes y de derrotar con solvencia a Carlos Moyá el sábado. Ayer tenía una cita a la una del mediodía en el Palacio deDeportes con el madrileño Fernando Verdasco para dirimir quien de los dos se apuntaría en su palmarés el Master y acudió a ella muy motivado, con ganas de poner sus iniciales en esta primera edición. Verdasco, a su vez, no llegó como convidado de piedra. Se le había asignado un papel más secundario pero no le gustó y a punto estuvo de convertirse en el protagonista principal. Verdasco fue el encargado de abrir fuego. En el sorteo previo eligió sacar primero y se lanzó a ello con brío. Con un servicio poderoso, que Nadal no pudo contrarrestar, se anotó el primer juego. El mallorquín también conservó su saque, aunque con alguna dificultad. En el arranque a Rafael Nadal se le notaba más frío. Sus bolas corrían menos que las del madrileño, que con un planteamiento agresivo sacaba el brazo con más decisión. Así se llegó al 2-2. Todo marchaba muy igualado. Y fue en ese momento cuando Verdasco peor lo tuvo. Remontó un 40-0 favorable a Nadal y consiguió mantener su servicio in extremis. Sabedor de que la pista leonesa no perdona los errores y que perder el saque equivale en un altísimo porcentaje a perder el set, el madrileño se aplicó porque no quería regalar la final. Ninguno cedía, pese a que Verdasco parecía más motivado. A la media hora de juego del primer set llegaron empatados a cuatro. El madrileño hacía correr a Nadal con bolas ajustadas a las líneas. Ya no podía poner en práctica el juego preciosista con que deleitó en su enfrentamiento con Moyá. Ayer, era otra cosa. Más garra y bolazos que toque colocado. Con 4-4, el madrileño volvió a salvar otro 0-40 en contra para conservar el saque. ¿Podía acaso ser su gran día?. Tres cuartos de hora de juego sin concesiones y cinco iguales. Más de lo mismo, seis a seis y tie break para decidir el primer set. Igualan a seis. Ninguno cede, pero Nadal de lo apunta finalmente y se apunta el set inicial por 7-6. El mallorquín abrió el segundo con su saque y se apuntó fácil el primer juego. Nadal, más asentado, comenzó a exhibir alguno de los golpes que le dieron el triunfo ante Moyá: derechas a las esquinas y bolas suaves a contrapie. Aún así, el guión seguía escribiéndose con las mismas palabras. Sería por poco tiempo, sin embargo. Nadal, con 3-2 a su favor, rompió el servicio del madrileño y se puso por delante con un 4-2 peligroso. Verdasco, reaccionó y arriesgando y con mucho genio, rompió a su vez el saque de Nadal para ponerse 4-3. Un juego que supuso para él un auténtico balón de oxígeno. Se anotó el siguiente en blanco y otra vez empatados en el marcador. Con 6-5 en contra y 15-40 Verdasco llegó con el agua al cuello y al final se ahogó. Estrelló la última bola en la red y dio el triunfo a Nadal. El mallorquín fue el justo vencedor de esta primera edición del Master. Vino a León a ganar y ganó. Y como broche el We are the champion de Queen. Apenas ha podido descansar desde que se recuperó de su lesión, y tampoco podrá hacerlo ahora que debe seguir entrenando para su participación en el próximo torneo de Australia. Pero Rafa Nadal ha tenido su merecido en León. Una vez más, el tenista no vio clara la victoria hasta el final; el partido estuvo bastante igualado y, en alguna ocasión del primer set, incluso más del lado del madrileño Fernando Verdasco: «Al principio me estaba dominando, pero logré hacerme con el primer set» comentó el mallorquín cuando le pidieron un balance del partido. De hecho, una de las primeras valoraciones que Nadal quiso destacar fue el buen juego de su rival: «Fernando ha hecho un gran torneo durante todo el fin de semana». Está claro que esta joven promesa del tenis español está en uno de sus mejores momentos físicos, y él lo sabe, aunque también reconoce que ha luchado duro para ello: «Después de lesionarme, me costó mucho volver a llegar a mi nivel, pero creo que al final lo he logrado en este último mes, gracias a la continuidad que he tenido». Una vez más, el ganador de esta primera edición del torneo leonés, quiso destacar la aportación del público por su presencia en los tres días del torneo, y de la organización, esperando poder repetir la experiencia: «Ójala el año que viene se pueda volver a hacer y estemos todos de nuevo aquí», dijo en medio de la pista, ante los 5.000 espectadores, derpués de recibir su premio.