Serbia tiene hoy la llave que abre la puerta de acceso a las semifinales

Luchadores de nacimiento, con formidables fundamentos técnicos desde niños, dominadores de un sistema defensivo muy difícil, expertos en el balonmano español, y marrulleros si es preciso, los jugadores de Serbia y Montenegro, que el lunes empataron con Suecia (26-26), tras un partido dramático, quieren cortar de cuajo las ilusiones de los españoles. Éstos pondrán un pie en las semifinales si ganan, y estarán casi descartados si pierden, a falta del partido contra Noruega el jueves. Sólo con los ocho que militan en clubes españoles se podría hacer un equipo temible: son los magníficos porteros Sterbik (Ciudad Real) y Sáric (Alcobendas); el central Stojánovic (Bidasoa); los laterales Murátovic (Cangas) y Marko Krivokápic (Granollers); los extremos Curuvija (Ademar de León) y Milosávlievic (Teka Cantabria); y el pivote Níkolic (Altea). Pero además cuentan con dos fieras en el centro de la defensa: Djúrkovic, que se marchó del Bidasoa hace seis meses, y Djukánovic. Y todo ello bajo la batuta de un entrenador carismático, Véselin Vújovic, Serbia y Montenegro es la única selección de la elite que domina la defensa en cuña, 3-2-1, tan molesta para el rival como arriesgada para quien la hace. José Javier Hombrados, portero de la selección española de balonmano, señaló ayer que la cita clave será hoy ante Serbia y Montenegro. «Con ellos nos jugamos buena parte del posible éxito en el Campeonato del Mund», subrayó. Tras el triunfo ante Alemania (32-28), Hombrados comentó: «Todavía no hemos hecho nada. No hemos dado más que un paso».