La Cultural cae frente al Real Unión ypierde la opción del playoff (1-2)

Villamil apostó por el sistema que más le gusta para acometer los encuentros vitales que restan de la presente temporada. Una línea de cuatro atrás, con dos centrales fuertes y dos laterales rápidos y expeditivos. Un centro del campo con dos pivotes para organizar y resolver el juego de medio campo hacia adelante. Soto en la labor de recuperador de balones en la zona ancha, mientras que Albert Puigdollers trató de imponer criterio para que funcionase el engranaje culturalista. Por las bandas, la derecha estuvo ocupada por Pepín, que expuso sacrificio y pundonor, pero a veces las prisas pudieron con sus ganas, mientras que Pepe Domingo por el carril izquierdo se movió con inteligencia y con más velocidad que nunca con el fin de buscar la cabeza de Paulino, que peleó por cada uno de los balones que llegaron a su poder con la fornida cobertura del equipo irundarra. Roberto Fresnedoso especuló con la posibilidad de llevar balones a la portería de Otermín, aunque nunca con la decisión necesaria como para batir la meta del Real Unión de Irún. El equipo leonés lo intentó con aproximaciones por ambos carriles, pero sin el posicionamiento necesario como para hacer daño en sus llegadas al área. Paulino volvió a ser un islote en la punta de ataque en varias oportunidades. El punto de referencia culturalista se caracterizó una vez más por su dinamismo. Trabajador por y para el equipo, pero sin apoyos en una zona del campo en la que cada vez se hace más necesario tener el acierto adecuado. Conforme transcurrieron los minutos de juego, el equipo visitante se sacudió el dominio de los culturalistas y comenzó a trenzar juego a la contra de medio campo hacia adelante, con un espléndido corte de equipo, sin fisuras en cada una de sus líneas. Tras dos remates de cabeza de Roberto Fresnedoso, llegó la reacción de los irundarras. Una penetración visitante de medio campo hacia adelante significó un cambio en la orientación del juego que dejó completamente solo a Endika, que demostró su calidad como futbolista y amagó a Etxeberria, que se fue abajo y el balón entró por encima del meta culturalista. El encuentro entró en una dinámica negativa para la Cultural. El presidente de la Cultural, Antonio García de Celis, había manifestado nada más concluir el encuentro de la pasada jornada frente al Lemona que el equipo daba la sensación de estar roto y en franco retroceso. El dirigente culturalista demostró que de los que componen el comité ejecutivo de la Cultural es el que más sabe de fútbol. No esconde los males de la sociedad que dirige y no engaña a los aficionados. Le gusta la verdad y la realidad del fútbol. Sus apreciaciones, una semana antes, se cumplieron fielmente en el encuentro frente al Real Unión. De Celis es noble y ello se traduce en su manera de pensar, aunque ello no guste a otros miembros de la entidad que preside. Después del descanso, el equipo de Vicente González Villamil volvió a apelar al corazón para levantar un encuentro que se puso cuesta arriba en el primer período. La Cultural, con Suárez, pero sin Fresnedoso, quiso ir hacia arriba, pero sin ninguna sensación de nada. El Real Unión de Irún aprovechó la ansiedad leonesa para asestar el golpe definitivo a la Cultural en el minuto 64 de partido. De nada sirvió el gol de Paulino y el posterior remate al palo de Pepín. Los aficionados, desde la gradas, también expresaron su malestar con pañuelos, pitidos y toda una serie de broncas dirigidas hacia los componentes del palco. La situación de la Cultural ha llevado a un desánimo generalizado entre la afición leonesa, que con el transcurso de las jornadas acude en menor número a los asientos del estadio Antonio Amilivia. Los que acudieron en un tarde lluviosa como la de ayer volvieron a sufrir como suya una victoria dolorosa que aleja todavía más a los de Vicente González Villamil de disputar las eliminatorias de ascenso a Segunda División. Quedan ocho jornadas para acabar.