Líderes de la globalización

LA FRASE más consumida de las últimas horas antes de afrontar las etapas de los Alpes no tiene desperdicio: ahora empieza el Tour. Para algunos ya se ha terminado y una buena mayoría tienen un lastre de tiempo, siempre con respecto a Armstrong, llamativo. El Tour empezó en Fromentine y después de 1.493,5 kilómetros no sólo hay que hablar de las diferencias que marca la general, sino también del desgaste sufrido durante las diez primeras etapas. Sin que le haya favorecido de forma excesiva lo que hemos dejado atrás, la contarrreloj por equipos, en la que los tiempos reales no contaban, y los 19 kilómetros iniciales en Fromentine, su situación continúa siendo muy buena. Hay cosas curiosas entre los corredores que aspiran a destronar a Lance Armstrong. Los países con tradición ciclistas no tienen un líder sólido ante el americano. No hay belgas, ni holandeses, ni franceses, ni españoles. Sólo aparece un italiano (Iván Basso), junto a un kazajo (Vinokourov), dos alemanes (Ullrich y Klöden), por no buscar en la clasificación rusos (Karpets), más americanos (Landis y Leipheimer) o un colombiano (Botero). Entre los 17 primeros sólo hay un francés (Moreau) y un español (Sastre), además de Basso. Carlos Sasttre puede convertirse en un hombre importante para el CSC con las etapas que llegan. El corredor abulense ha sacado partido del equipo que tiene y su mejor momento de forma llegará en las dos últimas semanas de carrera. Son datos importantes. La globalización del ciclismo es un fenómeno que cada vez resulta más pujante.