España jugará como en casa al verse apoyada por más de siete mil aficionados

El desplazamiento de la selección española a Bruselas no comenzó nada bien. Los planes de la primera jornada de trabajo en tierras belgas se trastocaron por un retraso de dos horas y media en el vuelo chárter que desplazó a la absoluta, la sub-21, algunos directivos encabezados por el presidente Ángel Villar y los enviados especiales de los medios de comunicación. El motivo, la densa niebla con la que amaneció la capital belga, con apenas 150 metros de visibilidad en la pista de aterrizaje, y las consiguientes restricciones en el tráfico aéreo. Nada más pisar suelo belga, los hombres de Aragonés disfrutaron con un anticipo de lo que les espera en el partido. Un grupo de estudiantes españoles, en su mayoría chicas, les recibieron en el aeropuerto con banderas, gritos y cánticos típicos. Según fuentes de la FEF, se calcula que pueden ser 7.000 los hinchas que arropen a la selección y ocupen prácticamente uno de los fondos del estadio, con capacidad total para casi 50.000 espectadores. En Bélgica reside una de las mayores colonias de emigrantes españoles, igual que ocurre en Suiza, y las solicitudes de entradas proceden de funcionarios que trabajan en diferentes organismos de la Unión Europea, eurodiputados, estudiantes con beca Erasmus, militares de la OTAN...