Diario de León

Fin a la historia de la bestia negra (2-1)

La Deportiva derrota al Burgos y lo hace remontanto el gol inicial del conjunto castellano Lucas: «La actitud del equipo hoy ha resultado determinante»

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Ramón Díez - ponferrada
Ponferrada

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La Sociedad Deportiva Ponferradina continúa atravesando por un gran momento de forma y así se explica que los bercianos hayan sido capaces de derrotar a uno de los equipos más complicados de la categoría, como lo es el Burgos, con el agravante de haber recibido un gol en contra en la única acción de peligro de los castellanos en toda la primera parte. Pero ni siquiera eso pareció importarle a un equipo que sigue enrachado. Ya antes de descanso Rubén Vega y Pavone hicieron diabluras por la banda izquierda. El de Castrillo sirvió en bandeja para que Vicente Úriz chutara casi a placer, pero un defensa sacó a córner cuando la grada exigía pena máxima por manos del zaguero. Asier empalmó tal y como le venía, poco después, aunque el resultado fue idéntico al de la ocasión anterior, balón desviado por la cobertura que ayer vestía de negro. No merecía el Burgos la fortuna del gol en este primer acto, ni tampoco en el segundo, aunque ahí el partido estaba influenciado por lo anterior. El caso es que una falta lejana fue botada por Gómez para que Samuel cabeceara lejos del alcance de Manolo Rubio. Aquello tomaba cariz complicado porque todo el mundo sabe lo difícil que resulta hacerle un gol a los castellanos. Bien es cierto que cuando se habían jugado seis minutos de la continuación, el argentino Martín Tártara vio la segunda tarjeta amarilla, algo normal porque cada entrada suya resulta una invitación para la cartulina. No sabe dosificarse, él es así. Lo iba a notar el Burgos porque, si ya estaba pertrechado delante de Diego Arroyo, defendiendo su sorprendente y exigua ventaja, desde ese momento todavía retrocedió más. De este modo, los blanquiazules pusieron cerco al marco visitante y el gol era cuestión de paciencia. Una majestuosa jugada, iniciada por Rubén Vega, cómo no, iba a originar la igualada. El de Castrillo de las Piedras sirvió un pase interior medido a las botas de Fran que ganó la espalda a la zaga desde el flanco diestro, antes de chutar sobre el marco de Diego, quien apenas acertó a desviar el cuero. Cuando éste se iba desplazando de la vertical del marco apareció Gonzalo Pavone para fusilar el tanto que en aquellos momentos devolvía las tablas al marcador. A todo esto, el público empezó a rugir más fuerte que nunca. Los buenos resultados cosechados anteriormente en la mini gira de los bercianos por el Helmántico y el Amilivia, habían suscitado expectación y la grada estuvo más poblada que de costumbre. Poco más puede hacer el equipo para atraer a los aficionados. El que no vaya al Toralín se lo pierde, porque ver jugar a esta Deportiva en algunos momentos resulta gratificante. Sin prisa pero sin pausa Los bercianos no se volvieron locos en busca del tanto de la victoria. Lucas retiró a Gorka porque los de Fabri recularon todavía más con el paso de los minutos aferrados a un botín mínimo. «Todo lo que sea no perder será bien recibido» había comentado el técnico lucense durante la semana. Así, Pereira insufló oxígeno, pasando Fran al medio y Rubén a la banda diestra. El acoso era total, pero el derribo no llegaba. Asier Salcedo y Fran Domínguez avisaban desde la media distancia, pero tuvo que ser a la salida de un cóner cuando los blanquiazules doblegaron al rival. La pelota había sido repelida por la mano de Rives y todo el mundo, incluido el meta Arroyo, pareció detenerse. Todos menos Asier Salcedo, quien cabeceó a la red en medio de la algarabía generalizada. Triunfo justo y carga de moral para el Tartiere.

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