Diario de León

| Análisis | El futuro de la Cultural |

«Estamos tristes, pero es el momento de tener paciencia» Un proyecto a tres años

El consejo de la Cultural respalda a Álvarez Tomé «porque sacará adelante el proyecto» Los dirigentes de la sociedad no desean vivir otra reestructuración en el club como la registrada tras el fracaso fren

Publicado por
Ángel Fraguas Ángel Fraguas - león león
León

Creado:

Actualizado:

Después de la derrota sufrida por la Cultural ante su homónima de Durango, el consejo de administración de la sociedad pide tranquilidad para atajar el difícil momento deportivo por el que atraviesa el club. El presidente, Antonio García de Celis, admite: «El momento deportivo es realmente malo, pero no podemos actuar pasionalmente, porque creo que no sería bueno para el futuro de la entidad. Hay que tener ahora más tranquilidad que nunca para salir de esta delicada situación. Estoy convencido de que el equipo irá hacia arriba con el paso de los partidos y que no pasaremos apuros, aunque es preciso estar con los pies en el suelo. Necesitamos estar más centrados que nunca. Confío tanto en el entrenador como en la plantilla para sacar el equipo de las posiciones en las que está en la clasificación. Sigo creyendo en Álvarez Tomé como el mejor entrenador de este proyecto deportivo, porque está capacitado». El vicepresidente culturalista, Carlos García, sigue el mismo camino para recuperar al equipo: «Hay que tener paciencia en estos momentos tan delicados. Estoy seguro de que si no perdemos la tranquilidad incluso podremos aspirar a cotas mayores de las de salvar la categoría al final de esta temporada. La distancia no es demasiado elevada entre los puestos medios y bajos de la clasificación. Estamos tristes, pero es el momento de tener paciencia, porque de lo contrario volveremos a tropezar con equivocaciones que no debimos cometer y hemos tenido en otras decisiones adoptadas. De nada valió haber cesado la campaña pasada a Carlos García Cantarero, porque después quedó demostrado que Vicente González Villamil no fue la solución que todos pensamos». En cuanto a la continuidad del entrenador Álvarez Tomé como máximo exponente en las tareas técnicas, Carlos García apunta: «Creo que Álvarez Tomé es el que mejor puede sacar al equipo hacia adelante. Hay que darle plena confianza, porque ha demostrado que sabe salir de los malos momentos. Además, los equipos a los que ha dirigido siempre los ha dejado en una posición excelente. Como ejemplos más recientes, la labor desarrollada en Ponferrada y Zamora». La inexperiencia en el fútbol ya les pasó factura. Fue precisamente cuando confiaron el proyecto deportivo de la sociedad a Álvarez Tomé. Los dirigentes culturalistas llegaron a un mundo desconocido para ellos, pero alentados desde el Ayuntamiento de León para hacer de la Cultural un club grande en un tiempo récord. Esa falta de experiencia en un mundo tan complicado, en el que las matemáticas que mueven sus respectivas empresas no tienen nada que ver, les hizo pecar ingenuamente de soberbios, porque la seguridad de sus negocios les dio pie a ello. Sin saber que en esta nueva empresa las matemáticas se ciñen a los designios de un balón siguieron tropezando con la misma piedra. Nada más llegar al trono de la Cultural pensaron enseguida en la fábula de la lechera y de sus cántaros de leche, sin pensar nunca en que el cántaro se pudiera romper y dar al traste con la leche. Iniciaron el camino con una apuesta decidida por lo leonés y para ello contrataron a Álvarez Tomé. Como inexpertos ya estuvieron a punto de echar a la calle al técnico tres meses después de contratarle, pero los resultados salvaron por aquel entonces a Álvarez Tomé de la destitución, que al final de la temporada jugó por el ascenso con el Getafe, que ahora lucha por entrar en la Uefa, como pronosticó un profano dirigente culturalista para el club leonés en cuatro años, víctima de su euforia de principiante. La misma que propició la marcha de Álvarez Tomé un año después por no clasificar al equipo para la liguilla tras empatar (1-1) frente al Lanzarote de Mendilíbar en la última jornada. El denominado fracaso Lanzarote en el Amilivia llevó a una desproporcionada reestructuración de la sociedad. Se tiró a la papelera todo el trabajo y se comenzó de nuevo. Llegó Ramón Fernández y Vicente Villamil. Un error mayúsculo de cuyos vicios se tambalea la sociedad.

tracking