El Bera Bera corta la racha de un León ausente en la cancha

Tensión e intensidad son dos conceptos fundamentales para pelear por cualquier partido. El León BM se los dejó ayer en el vestuario y lo acabó pagando ante el Akaba Bera Bera, que cortó su buena racha en esta segunda vuelta, donde había conquistado diez de los catorce puntos posibles. Las leonesas saltaron a la cancha un tanto ausentes y jugaron con cierta condescencia a las guipuzcoanas. Y eso no se puede hacer. El resultado se vió pronto. A los siete minutos ya perdían por 1-4. Bien es cierto que el equipo está lastrado por las bajas -seis en estos momentos- pero también lo es que el Bera Bera se presentó con una situación parecida con sólo once jugadoras. Y es que como reconoció al final del choque el técnico Diego Soto, «se puede ganar o perder un partido, pero lo que no se puede es perder de esta forma». Desde el arranque, el León BM ya no transmitió buenas sensaciones. La buena defensa de las guipuzcoanas con su defensa 5-1 ahogó a las leonesas que nunca supieron como superarla. El equipo se perdía en una maraña de pases sin mordiente y las laterales no encontraban posiciones de tiro en ningún momento. En diez minutos sólo sumaron dos tantos y así es imposible aspirar a ganar el partido, máxime cuando enfrente se tiene un equipo de los de arriba como el Bera Bera. Para colmo, la máxima artillera del equipo, Silvia Araújo, no consiguió marcar hasta el minuto 17. La pivote Dara fue ayer la más acertada en labores ofensivas. Enfrente, la portera brasilena Darly Zoqby daba un recital de paradas y la central Manuela Fiedel se convertía en un estilete imparable. Al descanso, el León BM se fue al vestuario con seis goles de desventaja y la sensación de no haber estado nunca dentro del partido. Desgraciadamente, la segunda mitad ofreció más de lo mismo. Incluso peor. En un arranque frío las leonesas estuvieron cinco minutos sin marcar y las guipuzcoanas siguieron apretando el acelerador. Las distancias siguieron creciendo hasta llegar a los once goles de diferencia. El choque estaba totalmente sentenciado a pesar del arreón final y el acierto de la portera Bartus en la portería que puso el marcador 26-32 a falta de cinco minutos para el final. Sólo fue un espejismo.