La Cultural vuelve a flaquear (1-1)

La visita del Portugalete presagió una tarde tranquila en el estadio Antonio Amilivia. Después de los dos triunfos cosechados ante el Amurrio y frente al Real Valladolid B, la hinchada leonesa acudió al campo con el firme propósito de pasar un rato agradable de fútbol. Pero la realidad fue otra muy distinta. El bloque culturalista salió al campo con una desgana nada habitual en un equipo que no ha hecho absolutamente nada durante la temporada. Los mismos protagonistas que desarrollaron un aceptable encuentro en el Zorrilla frente al filial del Real Valladolid, con la única excepción de la novedad de Vojvoda por el sancionado Álex Goikoetxea, apenas inquietaron la portería defendida por Iker. El entrenador culturalista Álvarez Tomé también utilizó el mismo esquema que en los encuentros que dieron los puntos necesarios al equipo leonés para permanecer en una posición más estable en la clasificación. La defensa, con la ausencia de Álex Goikoetxea, no funcionó al mismo nivel. Se mostró muy lenta y en ocasiones dubitativa para eliminar el escaso peligro que planteó el rival bilbaíno. El centro del campo tampoco se mostró tan acompasado como acostumbra. Sólo la capacidad de Iván Mateo para pedir el balón, con el fin de jugarlo con criterio se salvó de la más absoluta mediocridad. El bloque volvió a airear las carencias de las que ha padecido durante toda la temporada. El escaso garbo defensivo se contagió a la medular y a la delantera. El peligro fue nulo hacia la portería defendida por el visitante Iker. Pepín y Pepe Domingo, sobre todo este último, crearon mínimas llegadas por banda. El alicantino por lo menos lo intentó, el madrileño ni eso. Lo único reseñable de los primeros cuarenta y cinco minutos fue un disparo lejano de Diego Cascón, que paró sin ningún inconveniente el meta Iker, y sobre todo un chutazo de Iván Mateo que se colaba por la escuadra izquierda de la portería visitante, pero la manopla de Iker evitó lo que parecía inevitable. Un minuto después de la acción ejecutada por el centrocampista de la Cultural, llegó la sorpresa de la tarde, cuando en una falta botada hacia el área, Alberto la introdujo en la portería de Aulestia, que se confió en exceso creyendo que el balón se marcharía por la línea de fondo y tras tocar Alberto de cabeza acabó en las mallas de la portería adversaria. Con más de un cuarto de hora para llegar al descanso, la labor desarrollada por el equipo leonés no condujo a nada positivo. Los minutos transcurrieron sin que los locales hicieran algo digno para cambiar al menos el rumbo del partido. Con el marcador en contra para el conjunto leonés, la desgana por intentar igualar el choque desapareció por completo, con un bloque sin ideas, sin garra, sin voluntad, sin orden y sin concierto de nada. Tras el descanso todo siguió igual. Pese a los cambios realizados por Álvarez Tomé, con el fin de dar otro aire al juego del equipo, nada varió, salvo algo más de pelea por parte de los locales, aunque sin estimularse demasiado. El Portugalete, con ocho jugadores debajo de la portería, presionaron la salida del balón del contrario. Con sólo esta arma desarticularon todo el juego ofensivo de los leoneses. Incluso buscaron la contra para sentenciar el compromiso deportivo con el segundo gol, que hubiera sido definitivo. Larreina falló lo infallable solo delante de Aulestia y Alberto lo tuvo todo a su favor para sentenciar el choque, pero Diego Galiano lo impidió finalmente. El partido pareció sentenciado, ante la nula capacidad culturalista para llegar al área visitante con peligro. Pero saltó la chispa cuando menos se esperaba. En la única jugada con verticalidad de todo el encuentro por parte de los locales, Pablo Díaz tocó el balón hacia Revetria, que cedió a Diego Cascón desmarcado y éste fusiló con un toque sutil a Iker. El empate, como mal menos, se había consumado. Todavía restaban los minutos suficientes para obrar la remontada, pero la Cultural no estaba para nada. Desgana y más desgana.