Diario de León

DESDE ROMA

La cercanía de perder dos títulos

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LORENZO MARTÍNEZ
León

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FABIO Capello, presentó su dimisión como entrenador del Juventus. En breve firmará por el Real Madrid, y lo que podrían parecer momentos de felicidad, no lo son tanto para el segundo técnico italiano más laureado de la historia (con 14 títulos). Esto se debe a que sus dos últimos títulos del Calcio con el club turinés pueden quedarse en nada. La anulación de estos dos scudettos sería un golpe aún más duro para el «orgulloso» Capello que para la propia Juve. Ello haría que el actual seleccionador italiano, Marcello Lippi (con 13 títulos), volvierá a situarse por delante de Fabio. El que será en breve nuevo técnico del Real Madrid, al que ya dirigió en la campaña 1996-97, es además el único entrenador en haber logrado el título liguero en cada uno de los clubes que ha dirigido: Milán, Real Madrid, Roma y Juventus. La retirada de estos scudettos dejaría en su curriculum una mancha dificil de olvidar para el «sargento» Capello, ya que no habra conseguido ninguno en su último destino. El castigo de revocación de los dos últimos títulos juventinos que ya ayer fue pedido por el fiscal federativo Stefano Pallazzi ante la Comisión de Apelación de la Federación Italiana de Fútbol (CAF), en el proceso que se sigue por el presunto fraude deportivo que vive la liga italiana. El técnico ya dijo hace semanas, cuando se vislumbró tal posibilidad, que esos «scudetti» son suyos y ganados en el terreno de juego. Aunque la justicia deportiva parece estar empeñada en desdecirle. Como también se ha vuelto a desdecir el propio Capello, quien también hace semanas prácticamente casi juró amor eterno al Juventus, incluso si el equipo descendía a la Serie B italiana (Segunda división) por fraude deportivo. Eso sí, el pasado 29 de mayo, tras publicarse unas fotografías que le ponían en evidencia, confirmó haber mantenido contactos con Ramón Calderón. Pero no es la primera vez que Capello dice primero «no» a una noticia de cambio de club y luego, sorprendentemente, dice «sí». Lo hizo en mayo de 2004 entrenando al Roma. Aseguró que no iría nunca al Juventus, pero de la noche a la mañana (nunca mejor dicho) el 28 de ese mes, firmó con el club turinés pese a mantener contrato con el romano. Se agarró a una cláusula que siempre gusta poner en su contrato: decidir al final de campaña poder irse. Y que no duden que la incluira en el que le unirá de nuevo al club balnco.

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