En el agua con buenas maneras

La piscina cubierta de la Casa de Asturias se convirtió este sábado en el centro de reunión de los pequeños amantes de la natación, quienes disfrutaron en las instalaciones del club de una jornada divertida en la que el objetivo principal no era quedar el primero en la competición, sino pasar una jornada amena en la que la iniciación a este deporte era lo fundamental. En total, cerca de cien niños de cinco clubes deportivos de León -Club Natación León, Venatoria, Aeroclub, Casa de Asturias y Casa de Galicia-, participaron en un encuentro que les ayudó a iniciarse en este deporte sin la presión que supone competir ni hacer el máximo esfuerzo para colocarse los primeros. «Aquí todo el mundo gana», explicaba uno de los organizadores. Desde los más pequeños, de cuatro años de edad, hasta los más «veteranos», de 14, se agruparon en tres niveles dependiendo de su habilidad en el agua y tomaron parte en unas pruebas que no suelen ser las tradicionales en este deporte. Así lo dispuso la organización, con el fin de que esta jornada no supusiese un trauma para estos «grandes» nadadores en un deporte que cada vez cuenta con menos licencias federativas debido, en parte, a que es una disciplina muy exigente por el esfuerzo que supone para aquellos que la practican. La puesta en práctica De lo que se trataba era de poner en práctica lo que los niños aprenden en las escuelas municipales. Los menos expertos, mostraron sus habilidades con los «churros», mientras que los más avanzados participaron, además, en las pruebas de desplazamiento y en los relevos. Esta iniciativa, organizada por Ludens Juego y Educación y por León Activo, es una actividad pionera que tendrá su continuidad a los largo del presente curso escolar con otras dos citas. La próxima será el próximo 24 de marzo en La Palomera y la última, como colofón, el 16 de junio en La Venatoria. Como una de las novedades de este evento, los propios niños eran los que decidían si saltaban desde el borde la piscina o desde los trampolines, mientras los familiares que abarrotaban las gradas pudieron disfrutar de un chapuzón si el calor se hacía poco llevadero. Como colofón a la intensa jornada, todos pudieron disfrutar de una merienda para reponer energías por cortesía de la Casa de Asturias.