Diario de León

Cuero para evitar las heridas

Las quejas de los jugadores consiguen que se recupere la vieja pelota para sustituir el balón sintético que había impuesto el comisionado de la NBA

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colpisa | madrid

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«Tenemos que proteger a los seres humanos. No a los animales». Es la respuesta del técnico de los Bobcats de Charlotte, Bernie Bickerstaff, a las asociaciones que han criticado la utilización de piel de vaca para fabricar las pelotas de cuero que han sustituido a las sintéticas en la NBA. El balón moderno generó una oleada de quejas por parte de jugadores y entrenadores no sólo por ser más difícil de controlar, sino porque varios profesionales se vieron afectados por heridas, cortes y quemaduras en las manos producidas por el material sintético que sólo ha durado dos meses en la mejor liga del mundo. El nuevo año marcó el regreso de la clásica pelota de cuero a las pistas de la NBA y puso fin a la microfibra que tantas críticas ha provocado desde principios de temporada. Frente a la autoridad esta vez ha triunfado la tesis de los jugadores. El comisionado de la NBA, David Stern, impuso la sintética contra su voluntad, sin consultar a los verdaderos protagonistas, y se ha visto obligado a dar marcha atrás en plena competición pese a defender que «la pelota sintética es más consistente que la de cuero y con ella ha habido mejoras en lanzamientos, anotaciones y pérdidas de balón». Muchas han sido las estrellas que rechazaron la nueva pelota y presionaron hasta que a mediados de diciembre la NBA aceptó sus pretensiones y fijó el 1 de enero de 2007 como otra fecha histórica en el campeonato. Entre ellas, Kevin Garnett, el líder de Minnesota que en el primer partido con el balón de cuero consiguió 32 puntos y 14 rebotes frente a Charlotte y sólo cometió dos de las once pérdidas de su equipo. Garnett fue uno de los más críticos con una bola desconocida para la mayoría y que según los jugadores, aparte de destrozar las manos, era escurridiza, difícil de manejar y hacía extraños en el aire. Por no hablar de la calidad. «La pelota es terriblemente mala. Parece de esas que se compran en un supermercado o en una juguetería para jugar en la calle. Al inventor habría que mandarlo de vuelta a la universidad», fue la sentencia de Shaquille O'Neal. «Esta es una auténtica pelota de baloncesto y no una sin costuras que se compra en una tienda de juguetes», dijo tras la derrota ante Minnesota el alero Adam Morrison, uno de los mejores novatos del campeonato, pese a perder con Charlotte cuatro balones y encestar un único triple de cuatro intentos. Los jugadores están convencidos de que David Stern y Spalding, el proveedor de la pelota oficial de la NBA desde 1983, decidieron cambiar el cuero utilizado durante 35 años por la microfibra porque la pelota tradicional no tenía éxito de ventas. El cuero es demasiado caro, pero el comisionado no parece estar dispuesto a rendirse en la importante batalla comercial y ya ha advertido que continuará trabajando con la compañía «para determinar la mejor pelota para la NBA».

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