El Barça congela el caso Eto'o

Una concatenación de reuniones de cara a la galería y un abrazo televisado entre Eto'o y Ronaldinho fueron los métodos utilizados por el Barcelona para intentar sofocar el incendio provocado por el camerunés con las declaraciones en las que criticaba con fiereza a Frank Rijkaard, al astro brasileño y al ex vicepresidente azulgrana Sandro Rosell. Desde el primer encuentro, a las diez y media de la mañana, hasta la última rueda de prensa, pasados pocos minutos de las cinco y media de la tarde, palabras y más palabras con el único objetivo de cerrar filas y vender unión y compromiso. Todos estos cónclaves se cerraron con dos ideas fundamentales: Rijkaard da el caso por concluido y no pedirá ninguna sanción para el díscolo, mientras que la plantilla asegura que Eto'o ya ha sellado la paz con Ronaldinho. La intensa jornada azulgrana comenzó a la hora del desayuno. Los tres capitanes del equipo, Puyol, Xavi y Ronaldinho, se veían las caras con Eto'o. Pasados diez minutos se añadía el resto de la plantilla. Acto seguido, todos saltaban al césped de La Masía, donde Eto'o y Ronaldinho, alentados por Motta, se fundieron en un gélido abrazo. Tras la sesión preparatoria, Puyol aseguraba que la tranquilidad había vuelto a la plantilla azulgrana. Para el capitán azulgrana, el enfado de Eto'o se debía simplemente a que malinterpretó unas palabras de Ronaldinho en las que el brasileño abogaba por pensar siempre en el equipo. Según Puyol, el camerunés se tomó ese comentario como una crítica directa hacia él y por eso el martes lanzó toda la caballería contra el brasileño. «Ronaldinho en ningún momento quiere atacar», explicó el azulgrana antes de añadir que «el tema quedó arreglado después de que ambos expusieran sus opiniones». Puyol, que aseguró que no existe una mala relación previa entre ambos, alentó a la plantilla a zanjar los asuntos dentro del vestuario. «Las cosas hay que hablarlas y el error fue que no se hizo así. Eto'o vio una cosa en los diarios y la interpretó mal», subrayó. Por la tarde, tras mantener una conversación de una hora con Txiki Begiristain, Frank Rijkaard compartió las palabras de Puyol y dejó patente que existía una estrategia común. El propio secretario técnico confirmó que el técnico holandés le pidió que el camerunés no reciba ningún castigo. «Frank nos ha pedido que no haya sanción para Eto'o porque cree en la autogestión del vestuario», dijo. Un Rijkaard distante que eludió entrar en polémicas para no avivar el fuego, aunque su rostro denotaba el disgusto por las palabras de Eto'o. «Estamos en un momento feliz porque el vestuario ha demostrado ser un gran grupo. Que todo esté arreglado es una buena noticia», dijo. El técnico holandés respondió a una infinidad de preguntas sin querer profundizar en las más espinosas. Repitió una y otra vez que se siente satisfecho por la resolución del episodio. «Felicidades otra vez al grupo y a por ellos», reiteraba. Rijkaard considera incluso que la polémica originada puede ser beneficiosa para el equipo. «Afecta al grupo en sentido positivo.