Diario de León

La Liga se iguala a la baja

El juego, los resultados y la apretada clasificación prueban por qué el fútbol español está fuera de Champions y domina la Uefa Las plazas europeas, en juego

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Ignacio Tylko - madrid
León

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La situación de la Liga, con más emoción por el vaivén de los resultados que por el juego, demuestra que no es casual el hecho de que no haya ningún equipo español en semifinales de la Champions y, en cambio, aparezcan tres clubes en penúltima ronda de la Copa de la Uefa. Los poderosos no están al nivel de las grandes locomotoras europeas, pero la clase media española mejora y los pequeños se crecen en la dramática lucha por la permanencia. Por ello, todo es incertidumbre. Tres equipos en dos puntos y cinco en seis garantizan siete jornadas vibrantes hasta final de curso. No se veía algo así desde la temporada 2001-02, todavía más barata que la actual. Si el Barça suma 59 puntos, el Sevilla, 58, el Real Madrid, 57, y Zaragoza y Valencia, 53, hace un lustro el Madrid y el Valencia marchaban igualados al frente de la tabla, con 56, mientras que el Deportivo de Irureta aparecía con 54 y el Betis y Celta, con 51. Al final, el equipo ché se proclamó campeón. Desde que la victoria se premia con tres puntos -temporada 95-96-, y con esa excepción de hace cinco años, siempre los puestos altos aparecían más definidos. Todos los líderes sumaban más que este Barcelona menos aquél Valencia de abril de 2002 y el Deportivo que acabó campeón en la 99-00 y que, tras 31 jornadas, era líder con 58 puntos. Un dato curioso en los últimos once años: sólo el Valencia, en dos ocasiones, rompió una tradición que dice que el líder tras 31 jornadas entona el alirón final. Y en ambos casos (cursos 01-02 y 03-04), marchaba segundo, por detrás del Real Madrid. Lamentos Tal y como dijo Cañizares tras caer este sábado en el Bernabéu, se prevé un desenlace marcado por las lamentaciones. Salvo el campeón, todos los candidatos dirán que ellos perdieron, no que el rival ganó. Si hace sólo una semana, cuando el Madrid cayó en Santander, el Sevilla sucumbió en Valencia y el Barça superó en el último suspiro al Mallorca, el campeonato aparecía teñido de azulgrana, ahora todo está en un pañuelo. Nadie es fiable y los de Rijkaard evidenciaron que su principal rival es el propio Barca. De estar «catapultados» al tercer éxito consecutivo hace sólo unos días, según vaticinó el presidente Joan Laporta, a «tener que sufrir». Tanto que Rijkaard dio un rapapolvo a sus jugadores el lunes y confesó que «aún no hay favorito». Pese a la recuperación de Eto'o, Messi y Ronaldinho, el Barça ofrece síntomas de cansancio y, encima, se marcha esta semana al lejano Egipto para recaudar dos millones de euros. Es sólido en casa, donde es el único que aún no ha hincado la rodilla, pero acusa la presión de tener al Madrid pisándole los talones. Tras un largo vía crucis , los blancos están convencidos de que pueden acabar con cuatro años de sequía. Hay unión y compromiso en el vestuario e incluso se cruzan los jugadores SMS de ánimo cuando comprueban que el Barça pierde y ellos siguen haciendo la goma. Los de Capello están más frescos, llegan desde atrás y han recuperado jugadores. Entre ellos sigue el Sevilla, todavía vivito y coleando en todas las competiciones y con un sello de identidad del que carecen sus adversarios. Mantiene siempre el estilo y sale a ganar en cualquier campo.

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