Diario de León

Los ríos estuvieron impescables durante el puente del 1 de mayo

Dos aficionados observan cómo baja el río, muy alto y canoso, en el coto de Marne

Dos aficionados observan cómo baja el río, muy alto y canoso, en el coto de Marne

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p. v. | león
León

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Dice el refranero popular que cuando marzo mayea mayo marcea, y esto está sucediendo. Comenzó la temporada truchera con temperaturas altas, inusuales para finales de marzo y principios de abril. Los ríos incrementaron su caudal con los deshielos y se ha pescado francamente mal en las primeras semanas. Cuando ya apenas quedaba nieve en las montañas, y los ríos iban retornando a la normalidad, el tiempo ha cambiado bruscamente con la vuelta del frío y las tormentas. Por si esto no fuera suficiente las montañas se cubrieron durante el puente del uno de mayo con una delgada capa de nieve que presumiblemente durará muy poco, pero provocará nuevos deshielos. Ni que decir tiene que la temporada, hasta la fecha, está siendo mala, incluso desastrosa para quienes han «disfrutado» de cotos, porque no cabe duda que mas pronto o mas tarde la situación se corregirá, pero los permisos se habrán perdido, incluso para los que hayan viajado desde lejos. Este es uno de los problemas que acarrea el sistema de elección de cotos en Castilla y León, que se efectúa con varios meses de antelación y a expensas de lo que marque la meteorología. Pese a todo los aficionados siguen saliendo al río de forma masiva, y buena prueba de ello son las aglomeraciones que se producen en el Órbigo, uno de los pocos cursos fluviales en los que se puede intentar la pesca. Los embalses siguen estando al máximo de capacidad, razón por la que desembalsan materialmente todas las entradas. Esla y Porma están impracticables para la pesca, y casi lo mismo sucede en el Orbigo que ha incrementado notablemente su caudal. Los ríos no regulados también discurren muy altos y con aguas verdosas por el deshielo. Tan solo los ríos bercianos, junto con el Eria y el Duerna, se encuentran en condiciones regulares, que no buenas. El cebo natural, especialmente la lombriz, sigue dando las mejores capturas, y esto lo saben muy bien los aficionados que en las primeras horas de la mañana acuden a pescar. Esta técnica, sin embargo, se va perdiendo y cada vez es menor el porcentaje de aficionados que la practica. Además en todos los acotados y en muchos tramos libres, está expresamente prohibida la pesca utilizando como cebo la lombriz de tierra. En esta primavera atípica tampoco las eclosiones de insectos siguen la pauta habitual. Hasta hace poco caía bastante pardón y en algunos ríos como el Cea o el Porma, lo comieron bien durante los pocos días en que se pudo pescar. A finales de abril comenzaba a eclosionar la sarnosa macho, pero se ha cortado bruscamente. El adelanto que llevaba la maduración de los insectos acuáticos se ha detenido por lo que, presumiblemente, no eclosione la mosca de la piedra, mas conocida entre los pescadores como mosca de mayo, hasta finales de mes. Al Este del Manzanal puede decirse que se empieza a pesca bien precisamente cuando eclosiona este pérlido de gran tamaño, independientemente de que las truchas lo coman o no. Así las cosas a los pescadores de mosca tan solo les queda el recurso a esperar pacientemente a que los ríos recobren la normalidad y, en todo caso, practicar con ninfas muy plomeadas en las pequeñas corrientes o raseras donde siempre se coloca alguna «pintona» en sus momentos de actividad. La pesca en superficie es, hoy por hoy, una misión imposible.

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