Sombrías expectativas

QUÉ MÁS quisiéramos desde esta columna -de opinión, no se olvide- que encontrar motivos de optimismo para el futuro de nuestra lucha leonesa. Y reconocer acciones y aplaudir determinaciones en lugar de vernos obligados a criticar despropósitos tratando de evitar que se repitan (sí, sí¿) Así las cosas, así de mal ¿mejor ocultarlo para que no se nos acuse de dañinos, malignos, perturbadores y perjudicadores de la lucha leonesa? Considerando que quienes no la perjudican para nada y la hacen mucho bien son aquellos que ocultan y ocultan y ocultan¿y nunca pasa nada (negativo). Mejor encubrir -tan sólo un mero ejemplo entre tantos- los topillos del corro de Ambasaguas o las yeguas pastando hasta el día anterior en el pasto del corro de Gradefes. Tropelías y desafueros, chapucerías y cutreces, improvisaciones y compadreos¿se echa tierra sobre ello. Y se trata de crear un estado de opinión favorable a la falacia de que lo perjudicial y dañino para la lucha leonesa es lo que emana de esta columna¿ tan denunciadoramente crítica como diáfana e independiente. Aparte de todo ello ¿dónde queda la saludable discrepancia, las sanas y enriquecedoras disparidades de puntos de vista y enjuiciamiento? ¿Es que todos hemos de tener la misma opinión, el mismo criterio, el mismo posicionamiento ante cualquier análisis? Cada cual lo enjuiciará desde su particularísimo y personal punto de vista. Eso sí, sin herir ni menoscabar la dignidad de nadie. Concentrémonos en el (sombrío) futuro más inmediato. Qué decir de la peregrina determinación de adjudicar (¿mediante concurso transparentemente valorativo y tal y tal y tal¿?) la externalización del montaje y organización de los corros. Medida, al parecer ya consumada, de un gran alcance y de la que nos tememos lo peor, caos a la vista: caòtica expectativa. La genial aportación federativa meses atrás, de eliminatorias previas una hora antes¿para la misma duración total. O la no menor genialidad ya puesta en práctica como medida reductora de la duración: el ahorro del chocolate del loro en cuanto a tiempo vía presentación de cada luchador con su propio cinto. ¡Jo! Rebusquemos para criticar algo en positivo. La I Liga de Lucha Leonesa de Base del Ayuntamiento de León. Gracias -aparte de la excelente disposición de su Concejalía de Deportes- al impulso personal del director/monitor/entrenador de las Escuelas Municipales de Lucha Jesús Oblanca (felicidades Susi por esa V Liga). Éso sí que es tabajar con la base y hacer labor de cantera. La cantera, la lucha de Base representan otra de las sombrías expectativas de nuestra lucha, cuando su futuro se juega tanto con esta asignatura pendiente. Federativamente Cursos de Capacitación de Monitores, formación y reciclaje¿ Desde nuestra subjetividad independiente y directa, vislumbramos e intuimos otra temporada de verano más en que nos tememos los males de siempre¿ si no se cambia a tiempo. Y bien sabido es que los síntomas y las tendencias son más temibles que los males desatados. Aún se está a tiempo para que no se confirmen y se consumen. La actividad(?) invernal en cuanto a creatividad(?) de despacho y demás hace temer lo peor. Infraestructuras de los corros -instalaciones y servicios-, presentación y puesta en escena -escenificación moderna¿- ocupa y preocupa muy poco a la actual Federación. Otra dimensión, otros parámetros, otros esquemas, otra proyección¿ Para cerrar recurrimos a la página Web de la Federación, que sigue dándonos motivos de jocosidad. Juzguen ustedes mismos si anclaje jocoso -titiriterismo- o sentido de futuro: «Aluche siempre. Incluso en situaciones que podrían ser causa de desánimo, quien realmente siente la luche es capaz de hacerla vivir: el retraso del vuelo de regreso tras la celebración del Campeonato de Luchas Celtas, sirvió para convertir una sala del aeropuerto de Tenerife en improvisada exhibición de lucha leonesa. Alberto Diez y Mirian Marcos fueron capaces de cautivar a los sorprendidos y agradecidos espectadores e incluso de impartir unas lecciones básicas a entusiastas de otras tierras. Quien vive el Aluche, lo hace grande siempre». Surrealista y kafkiano y que encima se difunda alardeando de ello.