Diario de León

Balonmano | Elecciones a la presidencia del club

Álvarez se presenta al Ademar como el candidato de Juan Arias

El ex jugador anuncia un proyecto continuista para el club si gana las elecciones a la presidencia que se celebran el 1 de julio. Dará poder al entrenador y al vestuario y un puesto en la directiv

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Ni siq uiera intentan disimularlo. Carlos Álvarez Palacio, ex jugador del Ademar y colaborador de la actual directiva, presentó ayer su candidatura para ocupar el cargo de presidente del club de balonmano leonés en las elecciones del 1 de julio. Lo hace avalado por el actual máximo dirigente, Juan Arias. Una operación en perfecta sintonía hasta el final. Cuando Arias anunció, en la última asamblea, que se plantearía seguir al frente del club si no había ninguna candidatura, Álvarez Palacio sostuvo en público que jamás se presentaría. Cuando Álvarez ha anunciado que sí, que ahora sí se presenta, Arias asegura que no habrá candidatura suya. O sea, que deja el Ademar. Formalmente.

Se despejó pues la duda. El presidente será definitivamente ex presidente. Pero tal vez no se vaya del todo, porque seguirá inspirando al club. En realidad, Carlos Álvarez Palacio, que niega ser «el hombre de paja de Juan Arias», es su candidato.

Ambos se dedican loas. Juan Arias: «Carlos Álvarez reúne todas las condiciones, es una persona afín, es del Ademar, es válido, tiene ganas y es un trabajador del club, además desinteresadamente, y es un hombre del hermano Tomás (el fundador del club). Estoy muy contento». Carlos Álvarez: «Juan Arias tiene suficiente personalidad como para no necesitar manejar los hilos en la sombra. Su gestión es impecable, ha dejado el club hecho para los próximos dos años, habrá poco que cambiar».

El aspirante se confiesa pues partidario de dar al club una «línea continuista». Nada de rupturas, innovaciones o cambios. De hecho, en su directiva estarán presentes, con cargo, los más fieles colaboradores de Juan Arias «y algunos nombres nuevos, de toda confianza», anuncia.

Algunos de esos fieles colaboradores serán representantes de las peñas, de los aficionados, a quienes garantiza «un sitio en la directiva».

Y pocos cambios más. De hecho, Carlos Álvarez Palacio asegura que insistió hasta la saciedad para que Arias volviera a presentarse. «He intentado que él siguiera pero no ha sido posible», dice. Y, a renglón seguido, se confiesa, por encima de todo, «su amigo».

Tanta lealtad ha encontrado eco en el todavía presidente, que dice que cumplirá su palabra de no apoyar a ningún candidato pero a continuación asegura, con la misma contundencia, sobre el otro posible aspirante, el también ex jugador Carlos Pollán: «No existe constancia de que esté interesado en el Ademar».

En realidad, Pollán no ha presentado oficialmente su candidatura pero ha hecho pública desde el primer momento su intención de presentarla «haya o no haya más candidatos».

Esa posición ha obligado a Carlos Álvarez Palacio a explicar el porqué de su cambio de intenciones. Lo ha hecho de palabra y por escrito, en un breve comunicado que envió ayer a los medios de comunicación.

«Después de un mes de reflexión y sin que hasta el momento tenga conocimiento público de la candidatura de ningún aspirante a la presidencia del Ademar, he tomado la decisión de presentarme, animado por gente de mi entorno y por miembros de la directiva anterior, a fin de intentar continuar el trabajo realizado y luchar por el balonmano de León, esperando que no se pierdan así todos los anteriores años de esfuerzo y éxito obtenido».

Y asegura también que su negativa inicial fue «para presionar a las instituciones a que cumplieran» su compromiso con el club. Se refiere al Ayuntamiento de León, contra quien lanzó una diatriba en la última asamblea general extraordinaria en la que Juan Arias anunció su intención de irse. Carlos Álvarez cargó allí con dureza contra el alcalde de la ciudad, el socialista Francisco Fernández, y contra la concejala de Deportes, Natalia Rodríguez Picallo, pese a que ambos políticos y Juan Arias habían escenificado días antes la firma de la paz en un acto institucional con luz y taquígrafos.

Hay otra cosa que tiene clara Álvarez Palacio: que el equipo lo tiene que hacer el entrenador. Busca así el apoyo del vestuario, en donde Jordi Ribera se ha convertido en algo más que un entrenador: es un tótem.

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