Diario de León

Fútbol | Liga de Campeones

Iniesta compra al Barça en el descuento el billete para la final de Roma (1-1)

El Chelsea, que se adelantó a los nueve minutos, tuvo el castigo a su propuesta de fútbol defensivo y físico

Iniesta celebra su gol salvador junto a Eto-™o; el cerebro del Barcelona volvió a ser decisivo en un

Iniesta celebra su gol salvador junto a Eto-™o; el cerebro del Barcelona volvió a ser decisivo en un

Publicado por
Ginés Muñoz
León

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El Barça estará en la final de Roma. Iniesta compró a su equipo un billete para la ciudad eterna en el descuento -cuando los azulgranas jugaban con un hombre menos- y empató un partido (1-1) que estaba prácticamente perdido. Hasta entonces, el Barcelona, maniatado por el juego físico del Chelsea, no había chutado ni una sola vez entre los tres palos de la portería rival. Fue Iniesta, el hombre más peligroso de los azulgranas durante todo el partido quien, en el minuto 93, recogió un pase de Messi y lanzó un tremendo zapatazo que se colocó por la escuadra y resucitó a un equipo que ya estaba muerto. Había mucha expectación por saber si el Chelsea se atrevería a repetir, ante su afición, el planteamiento ultradefensivo que exhibió en el Camp Nou. Y lo hizo. Nada que reprocharle. Al Barça, si le juegas de tú a tú, te mata, y el Madrid pudo comprobarlo hace cuatro días.

Hiddink pareció tomar buena nota de ello. Volvió a renunciar al balón y conminó a su equipo a vivir agazapado atrás en busca de alguna contra letal, un balón colgado al musculoso Drogba o un rechace en segunda jugada. Y la primera que tuvo, la enchufó. Una obús de Essien desde la frontal, que enganchó de volea un balón rebotado, a los nueve minutos de juego, que se coló por la escuadra derecha de Valdés después de pegar en el travesaño (1-0). El partido acababa de empezar y el conjunto inglés ya lo tenía justo donde quería: con el marcador a favor, el rival obligado a volcarse en ataque y un montón de espacios para sentenciar la eliminatoria a la contra. Mientras, el Barça tocaba y tocaba, con constantes intercambios de posición de los tres de arriba -Messi, Iniesta y Eto-™o-, pero obsesionado en entrar por el centro y hasta la cocina con el balón controlado, un mal endémico del conjunto azulgrana que ya parecía olvidado.

A punto estuvo Drogba de hacer el segundo, primero en un mano a mano con Valdés, y después en un lanzamiento de falta que el meta azulgrana logró desviar con la rodilla. Ni un sola vez inquietó el Barça a Cech en la primera mitad, pese a que era el único equipo que proponía juego. Tres disparos lejanos de Iniesta, Alves y Xavi fue toda la amenaza visitante antes del descanso. La previsible táctica de los blues tuvo su prolongación tras la reanudación. Los azulgranaspusieron más ritmo al partido, y el Chelsea aún más ímpetu en la interrupción constante del juego.

Esfuerzo sin recompensa

Pero por mucho qu e el Barça lo intentaba, no había manera de perfora la muralla azul, y el Chelsea, casi sin proponérselo, era el que llegaba con más peligro a la portería de Valdés. Drogba tuvo un nuevo mano a mano con el meta y Lampard lo volvió a probar en un tiro cruzado. Con Henry lesionado, Eto-™o desaparecido y Messi desactivado, el ataque azulgrana lo porfiaba todo a la inspiración de Iniesta. El colegiado Tom Henning puso la puntilla al conjunto visitante al expulsar a Abidal por un piscinazo de Anelka a 25 minutos del final. Ni siquiera entonces, el Chelsea tuvo reparos en dejar que su rival siguiera llevando la iniciativa. Henning aplicó la ley de la compensación al no señalar unasmanos de Piqué dentro del área y dejó que el Barcelona siguiera vivo hasta el final. Tan vivo, que en la última llegada, en la última aproximación a Cech, en el último empujón del partido, Iniesta dejó mudo Stamford con un golazo que hizo justicia y que mete al Barça en la final de la Copa de Europa. En Roma, espera el Man cheter United.

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