La deuda respira mientras las Bolsas se hunden por el miedo a la recesión
Cede la presión sobre las primas de riesgo de España e Italia por la compra del BCE
La ofensiva mundial concertada durante el fin de semana para conjurar el riesgo de un ‘lunes negro’ en los mercados no tuvo éxito. Fue eficaz, eso sí, el anuncio del Banco Central Europeo, dispuesto a comprar bonos de Italia y España para desalentar los movimientos especuladores que habían disparado el precio de la deuda de los dos países a niveles máximos. Pero la factura de la degradación de la ‘nota’ de la solvencia de Estados Unidos por la agencia Standard & Poor´s la pagaron los principales parqués europeos, que registraron fuertes pérdidas tras la apertura netamente bajista de Nueva York.
El mercado se muestra extraordinariamente volátil, opinan los expertos, no sólo por la falta de consenso entre los políticos norteamericanos para administrar las cuentas públicas, sino por el miedo a que estas turbulencias sean el preludio de un nuevo episodio de recesión económica que llegue a sacudir a todos los países, desde los ricos a los emergentes.
España e Italia, los dos países de la zona euro más castigados a finales la pasada semana en los mercados de deuda, salvaron en cierta medida los muebles. Además de registrar un significativo alivio en su prima de riesgo hasta los 289 puntos básicos en el caso de España, y ligeramente por encima de ese valor en el italiano, las respectivas Bolsas registraron una evolución, aunque muy negativa, bastante mejor que el resto. El Ibex 35 de Madrid cedió el 2,44%, y cerró a 8.459 puntos, tras haber evolucionado casi todo el día en verde. Es su nivel más bajo desde abril del 2009, lo que da idea de la magnitud de las pérdidas acumuladas. Casi idéntica evolución registró el Mibtel de Milán, que se replegó el 2,43%, hasta 15.640 unidades.
1397124194 El contagio de Estados Unidos fue la causa de que la Bolsa de Londres perdiera el 3,39%, para terminar la sesión en 5.068,95 puntos, su nivel más bajo desde el 8 de julio del 2010. El principal índice de la Bolsa de Fráncfort se desplomó el 5,02%, en un mercado que castigó sobre todo al sector automovilístico, en el que BMW perdió 8% y Daimler más del 7%.
El CAC 40 de la Bolsa de París perdió 4,68% a 3.125,19 puntos en su undécima sesión en rojo consecutiva, una secuencia que marca un récord histórico. Más penalizado todavía, el parqué de Atenas cedió un 6%, cayendo su índice por debajo de la barrera psicológica de los 1.000 puntos, el nivel más bajo desde el 7 de enero de 1997. Los esfuerzos del Banco Central Europeo, del G-7 y del G-20, y de cuantas autoridades manifestaron durante el fin de semana y en la mañana del lunes su disposición a apoyar la estabilidad financiera y el crecimiento cosecharon escasos frutos. Imposible saber si, en su ausencia, la jornada podría haber sido mucho peor, pero lo cierto es que los indicadores económicos no ayudan al retorno de la confianza.
Después de que el BCE anunciara la reactivación de su programa de deuda pública, y diera a entender su disposición a intervenir en los mercados en apoyo de los títulos de Italia y España, los ministros de Finanzas del G-7 emitieron una declaración en la que expresaban su firme compromiso a llevar a cabo de forma coordinada las acciones necesarias «para asegurar la liquidez y respaldar el funcionamiento del mercado financiero».