Diario de León

Ningún control alertó de subidas anuales de sueldos cercanas al 15% en Caja Madrid

Ni el Banco de España ni la auditora encendieron las alarmas por el uso de tarjetas ‘B’ .

Publicado por
josé antonio bravo | madrid
León

Creado:

Actualizado:

Los controles que pesaban sobre las entidades financieras volvieron a fallar, una vez más, en el caso de Caja Madrid. Ni el Banco de España ni la auditora que se encargó de revisar sus cuentas durante 12 años -hasta que en 2012 fue relevada de sus funciones por el nuevo equipo gestor de Bankia-, Deloitte, encendieron las alarmas sobre el uso abusivo de las llamadas tarjetas de crédito ‘B (Black)’ que la entidad repartió entre su cúpula.

La tesis defendida hasta ahora en medios oficiosos del instituto emisor, que ahora deberá responder por escrito al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu si tuvo conocimiento de tales prácticas -y, además, si considera que se ajustan a la legalidad en todos sus aspectos-, es que ni fue informado directamente de ello por la caja de ahorros ni tampoco se le hizo consulta alguna. Argumenta que en la medida que la cuantía de los gastos -15,5 millones entre 2003 y 2012, a razón de una media anual de 1,5 millones- «no era suficiente para que se viera afectada la solvencia» de la entidad, la supervisión del Banco no destacó nada especial al respecto.

Sí hubo, sin embargo, señales que podían haber llevado a los técnicos del instituto emisor a sospechar, fundamentalmente a los inspectores que se encargaban de la revisión periódica de las cuentas de Caja Madrid y, después, de Bankia. Entre las más relevantes, que la cúpula de la entidad incrementase sus retribuciones, de media, más de un 10% durante ese decenio, y en algunos casos incluso claramente por encima del 15%. Subidas que no se correspondían con la mejora en los resultados de la sociedad, pese a que aún registraba beneficios anuales.

En ese decenio, los 87 ex consejeros y ex altos cargos de la caja que se aprovecharon de esas tarjetas B, aparte de otro tipo de retribuciones -dietas por asistir a consejos y comisiones, e incluso tarjetas de empresa ordinarias en algunos casos-, declararon un salario conjunto de casi 145 millones de euros. No obstante, cuatro de ellos no llegaron a hacer uso de ese dinero de plástico, aunque tampoco denunciaron que existiera alguna práctica anómala.

Los siete principales directivos de Caja Madrid, hombres de confianza del entonces presidente Miguel Blesa, percibieron un sueldo medio de más de 1,5 millones entre 2007 y 2011, precisamente los años en que el país entraba en crisis, el sector inmobiliario se desplomaba y las cuentas de la entidad se resentían con fuerza. El propio Blesa fue el que más ganó en ese tiempo (3,11 millones), seguido de Rodrigo Rato (2,60 millones) e Ildefonso Sánchez Barcoj (2,43 millones), mano derecha del primero y corresponsable de urdir el sistema de las tarjetas B.

Y, mientras, los gastos hechos a través de ellas se disparaban: un 60% sólo en sus siete primeros años (hasta 2009) de uso, cuando el montante dispuesto pasó de 353.700 a 562.000 euros.

Si el Banco de España no vio relevante nada de esto, o directamente no se enteró, la situación de la auditora Deloitte no es menos llamativa. Responsable de revisar las cuentas de Caja Madrid desde 1999, no hizo salvedades sobre el uso ‘excesivo’ de las tarjetas que el banco facilitaba a su alta dirección. La firma fue expedientada hace un año por el Ministerio de Economía a raíz de su supuesta connivencia con aquella, así como incurrir en incompatibilidades.

tracking