Diario de León

La crisis de Volkswagen podría extenderse a nuevos vehículos

El escándalo afecta ya al CO2 de un total de 98.000 coches de gasolina.

El ministro de Transportes alemán, Alexander Dobrindt.

El ministro de Transportes alemán, Alexander Dobrindt.

Publicado por
José M. Camarero | MAdrid
León

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La mancha de aceite de la crisis que vive el Grupo Volkswagen está sobrepasando ya los límites inicialmente cercados por la propia compañía para contener el escándalo de las emisiones. Porque no solo se trata de una manipulación de los sistemas de medición en los diésel por las emisiones de óxido de nitrógeno (Nox). Sino que, además, sería un engaño en toda regla, perjudicaría al cambio climático (por el dióxido de carbono) e implicaría a los de gasolina.

Hay tantas dudas sobre la mesa, que el fabricante de origen alemán contempla ahora mismo cualquier escenario futuro. No descarta ninguna posibilidad. «Se está investigando todo», indican fuentes próximas al consorcio.

De los 800.000 unidades que el grupo ha incorporado a la lista de afectados —en total, serían 10,3 millones de coches—, unos 98.000 vehículos serían de gasolina. Es decir, los primeros afectados que funcionan con este tipo de combustible, hasta ahora ajeno a la polémica manipulación. Es la cifra que ofreció ayer el ministro de Transportes de Alemania, Alexander Dobrindt. En ese país, la terna nueva de coches manipulados alcanzaría los 200.000. Aunque fue el ministro quien ofreció esas cifras, desde la empresa insisten en indicar que «cualquier dato que salga o cualquier modelo que se diga» sin que haya sido confirmado por el gigante automovilístico, carece de cualquier validez. «Son meras especulaciones», apuntan desde la compañía.

Sin límites

Estas mismas fuentes indican que, al investigarse el amplio espectro de vehículos, no se puede poner límite ni a las marcas, ni a los modelos, ni a los años de fabricación, ni a los de determinada cilindrada. Desde Seat también sostienen que parte de sus vehículos se encontrarán afectados, al utilizar los mismos motores que la matriz germana. Tal es la confusión generada entre los propietarios y en el propio mercado que la Comisión Europea instó al grupo a acelerar sus investigaciones y, sobre todo, aclarar si manipuló las emisiones de CO2. «Tenemos que aclarar sin retraso cuáles son las irregularidades, qué las causó, qué coches están afectados, dónde fueron registrados y qué medidas puede tomar el grupo», afirmó la portavoz comunitaria Lucía Caudet. En Estados Unidos, el consorcio alemán paralizó la venta de los vehículos con motores diésel 3.0 V6 TDI.

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