España ensalza la economía y apunta a un crecimiento del 3%

A. Lorente | Bruselas

Incluso en economía, el relato es importante. Los números hablan por sí solos, pero si a las matemáticas les unes el factor político, saber vender las cosas es clave para un Gobierno. Y España lo tiene muy claro. «Mejor pecar de prudentes que luego pasa lo que pasa», suele insistir el ministro de Economía, Luis de Guindos. Así ha sido en los últimos años y así seguirá siendo. Porque fuentes de su Ministerio afirmaron ayer que la fortaleza de la economía española es tal que, salvo catástrofe, podría volver a crecer al 3%, lo que supone medio punto más que las últimas previsiones del Ejecutivo y seguir siendo la locomotora de la Eurozona creciendo el doble que la media, Alemania o Francia, y el triple que Italia. No las cambiarán. Mejor decir que será un 2,5% y luego anunciar que se ha hecho al 3%, que proclamar ahora ese 3% y luego llevarse un chasco.

Es política, es el relato. Aún no se sabe la cifra definitiva que será comunicada a la Comisión Europa a finales de mes, cuando envíen el cuadro macro del plan de estabilidad que deben remitir todos los países. Quizá sea el 2,5% o tal vez un 2,6%, pero no se pasará de aquí pese a que el Banco de España ya apunta al 2,8%.

A tener en cuenta

No hay que olvidar que Bruselas siempre peca de pesimismo y en sus previsiones de febrero, aseguró que será del 2,3%. «Siempre nos dicen que nos equivocamos con la cifra de déficit, pero en el crecimiento, siempre deben rectificar al alza», ironizan estas fuentes. Y es posible que esta vez vuelvan a hacerlo porque la «economía europea va mejor que años atrás» y porque la economía doméstica, sobre todo las exportaciones, se está comportando mucho mejor de lo esperado. Y ojo con el sector inmobiliario, «que va a sorprender». España ha dejado de ser el problema de la UE para estar en boca de todos, porque Luis de Guindos podría ser el próximo presidente del Eurogrupo o incluso suena para ocupar la vicepresidencia del BCE que queda vacante en 2018 . Ayer desde Malta, volvió a subrayar que no es candidato para sustituir a Jeroen Dijsselbloem y matizó que tampoco lo será para ser la mano derecha de Mario Draghi.