La defensa de la ‘cuota’ femenina en el FMI da opciones a Calviño
La carrera por dirigir el organismo ante la salida precipitada de Lagarde comenzó esta semana.
Nadia Calviño, durante el foro ‘Women Political Leaders’ en Tokio el pasado junio. NORA OLIVÉ
J. A. BRAVO | MADRID
Cristine Lagarde ya ha formalizado su renuncia a la Dirección Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), que será efectiva desde el 12 de septiembre, con el fin de «facilitar el proceso de selección» de su sucesor. Y aunque no se ha abierto de manera oficial el plazo de presentación de candidaturas, en Europa ya ha habido movimientos.
Aprovechando la última cumbre del G-7 a principios de semana, los ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña tuvieron los primeros contactos junto al comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici. Su única decisión firme fue designar una especie de mediador, figura que parecía pensada para una autoridad europea como el jefe del Eurogrupo, Mario Centeno, o la presidencia rotatoria de la UE que ejerce ahora Finlandia, pero ambos pueden tener intereses particulares por lo que el arbitraje lo asumirá el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire.
SALDRÁ DE EUROPA
La pronto expresidenta del FMI ha afirmado que será neutral y que su objetivo es alcanzar una candidatura europea «consensuada, sólida y creíble» a finales de mes para que Europa «siga liderando el Fondo». Desde su creación existe un pacto no escrito entre las grandes potencias para que siempre recaiga en el Viejo Continente -sus once directores gerentes desde 1944 han tenido ese origen-, mientras Estados Unidos designa al jefe del Banco Mundial. De hecho, el controvertido presidente norteamericano Donald Trump se aprovechó de ello en abril para colocar al frente del Banco a David Malpass, un critico con el multilateralismo, precisamente en plena guerra arancelaria. Por eso, pese al individualismo del líder estadounidense se ve improbable que lance una candidatura alternativa a la europea. En esta tesitura, «no es previsible que otros países recaben más apoyos», apunta Javier Rivas, profesor de Finanzas en la escuela de negocios EAE. Además, si se opta por dar continuidad a la cuota de poder femenina en el FMI, donde Lagarde fue la primera mujer al frente en sus 75 años de historia, «España tendría las de ganar para colocar a un segundo director gerente -cargo que tiene rango protocolario de jefe de Estado- tras Rodrigo Rato (2004-2007) con Nadia Calviño», asevera Federico Steinberg , investigador principal del Instituto Elcano y profesor de Análisis Económico en la Universidad Autónoma de Madrid. La ministra de Economía española, en términos técnicos, sería una de las aspirantes mejor valoradas en la UE donde ya ha ocupado varios cargos en los despachos de Bruselas. Su desventaja es que solo lleva un año en el puesto y podría buscarse a alguien con mayor experiencia en la política. Y es que el FMI debe afrontar a corto y medio plazo retos como el conflicto arancelario o el brexit, sin olvidar el posible rescate de países en crisis. Por eso Jeroen Dijsselbloem, ministro de Finanzas holandés y exjefe del Eurogrupo, podría presentarse con mayores opciones entre los aspirantes. Está bien visto por el bloque del Norte y de manera especial en Alemania, que no prevé presentar candidato propio. Otras dos posibilidades, menores a priori, son el excomisario europeo de Finanzas y gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, y el citado Mario Centeno.