Desconcierto ante la propuesta de imponer por ley un pago mínimo al ahorro
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, sorprendió al sector bancario al recrudecer su discurso y exigir a las entidades «remunerar adecuadamente a los españoles». El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, respondía pocas horas después advirtiendo que las políticas de precios las deciden los bancos, no los gobiernos. Unos días después, Calviño redoblaba el pulso al encargar a Competencia un análisis para certificar o descartar la oscura sospecha en torno a una posible ‘colusión tácita’ de los bancos. Es decir, que las entidades hayan pactado, aunque sea de forma indirecta, el inmovilismo actual en su estrategia comercial con los depósitos.
Ha pasado casi un mes desde el recrudecimiento de ese tira y afloja y el organismo presidido por Cani Fernández ya mantiene contactos con el Banco de España y el Ministerio de Economía, que ha llegado a afirmar que dependiendo de los resultados que se desprendan del análisis «veremos si es necesario algún cambio legislativo». Una intención que ha hecho saltar las alarmas del sector, porque la idea implicaría en la práctica intervenir el precio de los depósitos.
Cosas de la campaña
Sin embargo, esta misma semana, la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, descartaba esta posibilidad. «En campaña electoral se perdona todo», alegaba para indicar que las proclamas de los partidos quedarán en agua de borrajas.
«Obligarnos a remunerar los depósitos entra en el ámbito de la competencia de cada empresa y no se hace al dictado de las autoridades», sentenciaba la ejecutiva.
En el Banco de España existe cierto malestar por la situación. El ruido político generado y el riesgo reputacional por la polémica tampoco gusta al supervisor. Por eso, el gobernador, Pablo Hernández de Cos se ha posicionado con un perfil bajo durante estos meses, haciendo suyo el argumento de que el exceso de liquidez permite a las entidades seguir sin elevar lo que pagan por sus depósitos.
El Banco de España también recuerda al Gobierno que las entidades más ‘tacañas’ con sus ahorradores son las que menos han encarecido las hipotecas.