El presidente del Bundesbank cede a las presiones y renuncia a su cargo

La guerra entre el Gobierno federal y el presidente del Bundesbank, Ernst Welteke, duró diez días, estuvo a punto de dañar la pulcra imagen del poderoso banco de Francfort y provocó una inédita rebelión del Consejo de Administración del banco contra Berlín. Pero la amenaza de un nuevo escándalo convenció al banquero de presentar su renuncia al cargo, después de constatar que su relación con el ministro de Finanzas se había hecho trizas. Pero en su carta dirigida al Consejo de Administración del banco para presentar su renuncia al cargo, Welteke hizo un furioso ajuste de cuentas con su ex amigo y mentor, el ministro Eichel, y con el Gobierno federal, al que acusa de estar detrás de una extraordinaria campaña de calumnias en su contra. «Aún continua el desprecio a la independencia del Bundesbank y sus órganos, que están garantizadas por ley», señala el banquero. «Mi integridad y la del banco han sido heridas con hechos desfigurados y falsos y todavía desconozco el contenido de las cartas que recibió el Ministerio y el rol que jugaron los medos con ella». El Ministerio de Finanzas optó por no comentar las graves acusaciones formuladas por Welteke, pero calificó la decisión de renunciar a su cargo como «apropiada», al tiempo que añadió que la designación de su sucesor sería anunciada en el momento oportuno. El Consejo de Administración del banco dio a conocer un breve comunicado donde comunica que el banquero había presentado su renuncia el viernes y que la había aceptado. «El Consejo juzga este paso apropiado en vista de la reputación de la institución y de la de sus responsables», añade el comunicado, que pone fin a la carrera publica de Ernst Welteke. La renuncia de Welteke sorprendió al mundo de la banca y a la familia política alemana, que no esperaba, al menos, en un futuro próximo, una decisión semejante. Pero un nuevo escándalo en el horizonte, al parecer, terminó de convencer al banquero para presentar su renuncia. La revista der Spiegel, reveló la permanencia de la familia Welteke en el Hotel Adlon, descubrió que el banquero y su esposa habían aceptado, el año pasado, una invitación de la firma bávara BMW para presenciar la carrera de Fórmula 1 en Montecarlo. La firma aclaró que el banquero había pagado de su bolsillo el avión, pero admitió que había pernoctado a bordo de un lujoso yate alquilado por BMW.