Diario de León

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Los inmigrantes, el gran motor para vender 1,4 millones de coches usados

El proceso de regularización del Gobierno y el poder adquisitivo relanza un sector que en breve moverá en España más vehículos que el mercado de coches nuevos

Exposición de coches usados en un concesionario

Exposición de coches usados en un concesionario

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j.d.a. | madrid
León

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Los cerca de cuatro millones de inmigrantes, con o sin permiso de residencia, que viven en España representan la gran esperanza para el sector de la segunda mano automovilística. Este colectivo tiene una potencial capacidad de compra de nada menos que 1,4 millones de unidades al año o, lo que es lo mismo, casi la misma cantidad de vehículos nuevos que se vendieron en el 2005. Así lo cree la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), que destaca que algunas marcas han visto en los inmigrantes un importante nicho de mercado. En un reciente estudio sobre el vehículo de ocasión, el Servicio de Estudios de BBVA coincide con Faconauto en el auge de los turismos de segunda mano que, afirma, en el 2010 supondrán el doble de ventas que los recién estrenados. La patronal de los concesionarios calcula su estimación en función de la tasa de motorización de los inmigrantes, que cifra en 400 coches por cada 1.000 personas. Similar a la media española (450). Al ser próximos los dos ratios, el potencial de compra es muy parecido. De los 1,4 millones previstos, la mayoría serían usados, puesto que según sus datos el 95% de las unidades que adquiere el colectivo son de segunda mano. De este modo, sólo los inmigrantes podrían llegar a comprar casi la misma cantidad de coches usados que se vendieron el año pasado en España (1,5 millones). La implantación de la matrícula única en todo el país y la ampliación a dos años del plazo de garantía de estos coches (cuando se venden de forma profesional) han sido decisivas en el auge del vehículo de ocasión. El prototipo de coche usado demandado por los inmigrantes es un vehículo con una antigüedad media de entre ocho y nueve años. Se trata, por lo general, de modelos amplios, de configuración familiar, con un equipamiento muy básico y con un precio que ronda los 4.000 euros. El presidente de Faconauto, Antonio Romero-Haupold, destaca que «este colectivo está dinamizando no sólo el sector de la segunda mano, si no que ha generado un importante mercado de tercera mano a base de sucesivas transmisiones». El BBVA, que asegura que el reciente proceso de regularización (600.000 personas en el 2005) ha podido servir para potenciar la compra de coches de segunda mano por parte de los inmigrantes, subraya que la mejora de las condiciones de financiación en los últimos años ha redoblado las posibilidades de aquellos para acceder a créditos al consumo con que pagar su coche. La entidad calcula que la accesibilidad a un vehículo usado representa el 17% de los ingresos de un inmigrante. Un esfuerzo mucho menor que en el caso de un turismo nuevo, cuando el porcentaje se dispara al 25%. «Si bien es cierto que se inclinan por gamas medio-bajas, resulta relativamente atractiva para este colectivo dadas sus restricciones presupuestarias», apunta el Servicio de Estudios. Un mercado en alza Las marcas son conscientes del enorme potencial que representan los inmigrantes y desarrollan una estrategia que Faconauto califica como de «producción de coches nicho», por una elevada afinidad hacia un público muy concreto. «Han comenzado a lanzar modelos específicos para estos colectivos que se conocen en el argot del sector como coche del inmigrante », señala una portavoz de la patronal. Es el caso del Logan, producido por Dacia -una filial rumana de Renault- y que se sacó al mercado con el sobrenombre comercial de el coche de los 5.000 euros , aunque finalmente su precio ha resultado algo mayor. A pesar de las buenas expectativas, algunos nubarrones se ciernen sobre el sector de los vehículos de ocasión. Se trata de los fabricantes chinos e indios, que preparan ya unidades muy baratas (entre 4.000 y 6.000 euros) destinadas a las capas menos favorecidas de la población. Entre estos, el chino Geelym, que ya ha anunciado su intención de abordar el mercado europeo dentro de un par de años. Para Romero-Haupold «las marcas asiáticas no restarán ventas al mercado español sino que éste crecerá por abajo y, en todo caso, robará ventas al segmento de coches usados en zonas como Extremadura o Andalucía, donde competirá con ellos en precio». El BBVA reconoce la posible competencia futura pero recuerda que si chinos e indios quieren vender coches en Europa deberán superar los estándares de calidad y, sobre todo, de emisiones de gases contaminantes impuestos en la Unión Europea. Algo para que lo de momento, y al menos por unos años, no están preparados.

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