Diario de León

Los billetes de la aerolínea de bajo coste de Iberia costarán 53 euros

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Julio Díaz de Alda - madrid
León

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Iberia ha apostado fuerte por el bajo coste. La compañía presidida por Fernando Conte, acuciada por la competencia, ha saltado al mercado de los billetes baratos. Unos pasajes que, según el primer plan de negocio 2006-2008 de Catair, costarán este año -tasas y recargo por carburante incluidos- unos 53,5 euros, en la media del sector. Esta cantidad se elevará a 57,2 euros en 2007 para descender el año siguiente a 55 euros. Los destinos aún no están completamente definidos, pero el documento citado subraya que existen al menos un centenar de rutas con un altísimo potencial que podrían ser explotadas desde Barcelona. Pero la firma no ganará dinero sólo en el aire: está previsto que el alquiler de coches o la publicidad, entre otros negocios, le aporten 53 millones de euros en el horizonte de 2008. Los 53,5 euros previstos se ajustan a los números manejados en el sector del bajo coste en España. Según datos de las propias compañías, EasyJet -que estudia abrir su segunda mayor base europea en Madrid-Barajas, una decisión que tomarán a finales de agosto- cobra una media 60 euros; Ryan Air -que al operar en aeropuertos regionales, con tasas menores, puede ofrecer tarifas más competitivas-, en torno a 41 euros, y Vueling, entre 40 y 80 euros en función del destino, lo que da un promedio de 53,6 euros. Sin embargo, Catair presenta notables diferencias de operación, como el uso sólo de aeropuertos principales o los acuerdos comerciales con Iberia. Algo que sus gestores confían en que termine marcando la diferencia con el resto. El aeropuerto barcelonés de El Prat será su centro de operaciones. Desde allí partirán sus Airbus 320. Una flota que estará compuesta de tres aparatos este año y que aumentará de forma progresiva hasta los 30 en 2008, cuando atenderá 50 rutas, de las que 20 serán nacionales. Los aviones irán 'a tope' de capacidad, con sus 180 asientos contratados. Modificaciones Los pasajeros, como es habitual entre el resto de «low cost», no tendrán un lugar asignado sino que elegirán asiento en función de su llegada al aparato. Allí, por supuesto, deberán pagar la comida que deseen. Es lo que en el negocio aéreo se denomina vuelos «no frills» o, lo que es lo mismo, desprovistos de cualquier servicio que no sea estrictamente necesario. La compañía no descarta abrir el abanico de sus destinos a aeródromos secundarios siempre que generen valor. «Se atenderán criterios comerciales y no de oportunidad, no vamos a ir a lugares que no sean rentables y, por su puesto, siempre dentro de los márgenes que marca la legislación comunitaria», afirma un portavoz de Catair. En paralelo al negocio propiamente aéreo, Catair aspira a abrir nuevas áreas de negocio «innovadoras y de valor añadido», según explican fuentes de la aerolínea. Desde su página web venderá desde coches de alquiler hasta plazas hoteleras. La firma estudia realizar convenios con empresas o instituciones de aquellas ciudades a las que vuele para que sus pasajeros puedan reservar otros medios de transporte que puedan ser necesarios tras la llegada al destino.

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