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Becas para Paradores Escuela La autonomía por patrónLa brecha de la productividad de España con la UE se amplía seis puntos en 10años

Las comunidades autónomas ocupan el hueco del Estado al crear un 40% más de empresas en una década. Se dedican a la promoción del desarrollo económico o la gestión urbanística

Una trabajadora de una empresa pública comprueba unos datos

Una trabajadora de una empresa pública comprueba unos datos

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CAJA ESPAÑA M. J. Alegre - p.a. | madrid madrid
León

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CAJA ESPAÑA acaba de firmar un convenio de colaboración con Paradores de Turismo para financiar la concesión de diez becas para jóvenes alumnos que hayan terminado Formación Profesional en las distintas ramas de Cocina y se hayan matriculado en el programa «Paradores Escuela», que se desarrollará por primera vez el próximo curso. Pueden optar a estas becas los alumnos interesados en cualquiera de los cursos previstos: Especialización y gestión de cocina, Especialización y gestión de comidas y bebidas y Mantenedor de edificios e instalaciones hoteleras. Los cursos están diseñados para promocionar una formación de calidad y especializada a jóvenes que ya han terminado sus estudios de Formación Profesional y que quieran obtener una preparación y experiencia de trabajo que les facilite su inserción profesional en el mercado laboral. Otro de los objetivos de este curso es ofrecer un tipo de enseñanza especializada de alta calidad que permita formar a profesionales contribuir de este modo al mantenimiento de la posición de liderazgo del sector turístico español. El curso tendrá una duración de dos años y consta de un ciclo teórico práctico de cuatro meses en el Hostal de San Marcos de León, seguido de un ciclo de prácticas dirigidas de seis meses en el parador de Santo Domingo de la Calzada de Logroño. El segundo año se realizará un ciclo de prácticas avanzadas en otro parador. Caja España y Paradores constituirán un órgano de gestión mixto, que estará integrado por un representante de cada institución, a fin de supervisar y efectuar el seguimiento y la comprobación del cumplimiento del fin social convenio. Este mismo órgano será el encargado de seleccionar a los diez becarios beneficiarios de la aportación de Caja España. Este convenio es fruto de los esfuerzos realizados por Paradores para negociar con distintas entidades financieras la aportación de becas y facilidades de financiación para la cobertura de los costes docentes y de residencia de los candidatos a participar en estos cursos. El Hostal de San Marcos de León acoge actualmente el centro de formación del proyecto «Paradores Escuela». Toda la información necesaria para los interesados está disponible en la página web www.parador.es. Las comunidades autónomas han ocupado el hueco dejado por el Estado en la creación de empresas públicas. La cesión de competencias desde la administración central a las periféricas ha llevado a los gobiernos regionales a incrementar un 39% sus compañías en una década, desde las 438 con que contaba en 1995 hasta las 609 del 2004. Por contra, el Gobierno central cerró o privatizó 168 entidades y mantuvo 366, un 31% menos. La inmensa mayoría dependían de los ministerios de Economía (156) y Fomento (89). Las nuevas empresas públicas regionales se dedican de forma principal a la promoción del desarrollo económico, la gestión urbanística, la expansión de la red de comunicaciones y la promoción turística y cultural. Se trata de ámbitos donde las comunidades han asumido un mayor control. Además, 22 empresas estatales con participación autonómica y 75 regionales con capital estatal se ocupan de campos donde la competencia es compartida. Pese a este cambio de tendencia, los ayuntamientos se mantienen como el nivel de la administración con mayor cantidad de compañías públicas. Los municipios contaban con 920 entidades en el 2004, lo que supone un incremento del 18,8% respecto a 1995. De hecho, las corporaciones municipales tenían entonces casi la mitad de las 1.950 empresas públicas que había en total. Las diputaciones, en cambio, sólo poseían 155. El Ayuntamiento de Marbella es el que contaba con más compañías a su servicio, 22, muy por delante de las grandes ciudades. Le siguen muy de cerca su vecina Estepona y Barcelona, ambas con 18, y a algo más de distancia Reus (16). Madrid comparte con Jerez de la Frontera el quinto lugar, con 12 empresas municipales, y ambas superaban por poco a Bilbao, que tiene 11 entidades. Cataluña es con diferencia el territorio líder en empresas públicas, pues contaba con 94 hace dos años y creó 46 desde 1995. La Comunidad Valenciana fue la segunda autonomía más activa en esos años, al constituir 28 entidades, seguida de Aragón, donde echaron a andar 22. Las únicas comunidades donde la participación de capital público autonómico en el sector empresarial descendió fueron Extremadura (una menos), Castilla y León, y el País Vasco (ambas con siete menos). Pese a este retroceso, Euskadi se mantiene como la segunda región española que cuenta con más empresas autonómicas (87). Le siguen Andalucía (65, de las que 15 se crearon en esos diez años), Comunidad Valenciana (49), Madrid (40 hace dos años, 15 más que en 1995) y Galicia (34 y un incremento de 12). Por detrás quedaron Aragón (33), Canarias (31, cuatro más), Navarra (31, una más), Asturias (28, diez más), Baleares (23, seis más), Cantabria (22, 10 más) y Extremadura (16). Los últimos puestos los ocuparon La Rioja (8 empresas, 5 más), Castilla y León (12) y Murcia (14, tres más). La brecha de productividad de España respecto a la Unión Europea de 15 miembros se ha ampliado más de seis puntos en los últimos diez años. La convergencia, que ha evolucionado muy bien en renta y nivel de vida, no ha existido a la hora de aprovechar el crecimiento económico, sino todo lo contrario. La notable creación de empleo no ha ido acompañada de una paralela mejora en la calidad del trabajador. Por añadidura, el ritmo de inversión productiva ha sido menos vivo y el avance tecnológico incorporado resulta todavía muy insuficiente. El deterioro se refleja en la actualización de indicadores que publica el Banco de España, que acaba de incorporar los datos del 2005 y también ha ampliado la información estructural que proporciona. Cuando se toma como punto de partida la situación de 1995 comparada con la media de los socios comunitarios se comprueba que la productividad total de los factores creció cuatro puntos porcentuales menos en los cinco años siguientes y entre el 2001 y el 2005 se amplió la distancia. Del 2003 al 2005, el diferencial negativo acumulado por España ha sido de dos puntos. Así, el pasado año la productividad del trabajo (miles de unidades de poder de compra por ocupado) de España había caído al 92,7% respecto al nivel que tenía con relación a los socios comunitarios diez años antes. La UE utiliza el poder de compra como unidad de referencia para atenuar las grandes diferencias de coste y nivel de vida que existen entre los países miembros y hacer más homogéneas las comparaciones.

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