La desconexión entre Estado y autonomías entorpece las exportaciones

La descoordinación existente entre el Estado y las comunidades autónomas, dentro de sus programas de apoyo a la internacionalización de las empresas españolas, entorpece en la práctica las exportaciones que se pretenden fomentar. Así, al menos, lo consideran la mayoría de las empresas del sector agroalimentario, uno de los pocos que aún mantiene un saldo positivo en su balanza comercial -que supone el 15% del total- mientras el déficit exterior alcanza cotas históricas, equivalentes al 9% del producto interior bruto (PIB). Un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, junto a la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab), pone de manifiesto que para esas compañías los recursos que las distintas administraciones ponen a su alcance resultan ineficaces. Y no es que haya pocos apoyos -en España existen múltiples organismos de promoción exterior, tanto públicos como privados, y de carácter nacional, regional o local-, sino que en muchos casos éstos no responden a las verdaderas necesidades empresariales. Iniciativas desfasadas En ocasiones, según las sociedades del sector agroalimentario, esas iniciativas son «poco claras», y en otras han quedado desfasadas y «no se adaptan a los nuevos retos de la competencia». Un ejemplo serían, a su juicio, los planes integrales de desarrollo de mercados (Pidem) que organiza el Ministerio de Industria en colaboración con la patronal Ceoe, pues consideran que en bastantes casos «no pasan de ser un gran esfuerzo de recopilación de todas las actividades que se realizan en cada país, pero sin consultar a otros organismos similares ni a los sectores afectados o las propias empresas». Las compañías españolas echan en falta «una estrategia planificada a largo plazo» en los programas de promoción internacional, al tiempo que demandan que se potencien «otras alternativas a la mera exportación física de productos», como la implantación en destino de las propias empresas exportadoras, las sociedades mixtas con firmas de otros países o los acuerdos globales de producción conjunta para abaratar costes.