Una cumbre urgente

Nicolas Sarkozy, presidente de turno de la Unión Europea, prepara una cumbre urgente de los líderes de la zona euro que le fue pedida el viernes en persona por José Luis Rodríguez Zapatero y que podría tener lugar el domingo, en París, según adelantó el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. El objetivo de esta reunión dominical, confirmada desde Pisa por los ministros de Exteriores de Italia, Franco Frattini, y de España, Miguel Ángel Moratinos, consiste en «articular una acción coordinada y fuerte» ante una crisis financiera internacional «sin precedentes», expuso el presidente español con el asentimiento del jefe del Estado francés. Sarkozy y Zapatero zanjaron con un almuerzo en el palacio del Elíseo el desencuentro provocado por la ausencia española del pasado sábado en el mismo escenario con motivo de la reunión de los países europeos del G-8: Alemania, Francia, Italia y Reino Unido. Desde entonces Madrid no escatimó las críticas a París por la organización de una mini-cumbre excluyente de los demás socios de la UE y celebrada al margen de los cauces comunitarios. «Creo poder decir bajo su control que el reloj de España y el reloj de Francia marcan la misma hora», dijo Sarkozy en presencia de Zapatero con casi las mismas palabras empleadas el miércoles en Evian para calificar las relaciones bilaterales con Alemania. Horas después el presidente francés y la canciller alemana publicaron ese mismo día una declaración común en la que se comprometían a que sus actuaciones relativas a la crisis financiera serían «totalmente coordinadas». El jefe del Estado francés calificó la propuesta del presidente español de convocar a sus homólogos del Eurogrupo de «interesante, pertinente y útil», pero observó que debía realizar antes algunas consultas.