China juzgará a Bo Xilai por corrupción

La resolución del mayor escándalo político en China en décadas avanza hacia su final. Bo Xilai, el exsecretario del Partido Comunista de China de la municipalidad de Chongqing, será juzgado por aceptar sobornos, corrupción y abusos de poder. Después de meses de intensos rumores sobre su destino, diferentes informaciones apuntan a que el juicio se celebrará la semana próxima en la provincia de Shandong, en el otro extremo del país de lo que fue el reino de Bo.

La agencia de noticias oficial Xinhua ha informado de que el político "se aprovechó de su puesto para obtener beneficios de otros y aceptó grandes cantidades de dinero y propiedades". También que "malversó una enorme suma de dinero público y abusó de su poder, dañando seriamente los intereses del Estado y el pueblo". Los delitos enumerados ya son suficientes para una condena a muerte. Sin embargo, el pliego de cargos no menciona el encubrimiento del asesinato en 2011 del empresario inglés y antiguo socio, Neil Heywood, quien habría ayudado al clan familiar a sacar fortunas al extranjero antes de que una discusión de negocios arruinara la relación.

El último en caer

Bo es la última ficha del tablero. Su esposa, Gu Kailai, ya fue juzgada por envenenar a Heywood y condenada a muerte con dos años de suspensión, lo que en la práctica supone una cadena perpetua. Wang Lijun, el jefe policial de Chongqing que destapó el escándalo, fue condenado a 15 años por abuso de poder, corrupción e intento de deserción.

Bo Xilai era un prometedor y carismático político que se postulaba para el poderoso Comité Permanente del Politburó antes de protagonizar un escándalo mayúsculo. Bo conserva muchos seguidores entre la rama más tradicionalista y apegada a las esencias, ya que defendía un regreso al maoísmo en muchos aspectos. Algunos piensan que fue víctima de las guerras intestinas entre las diferentes facciones del partido.