Diario de León

El partido de Merkel quiere que su socio comparta el precio de la filtración

Los socialcristianos no quieren pagar los platos rotos por el caso de pornografía infantil.

La canciller alemana, Angela Merkel.

La canciller alemana, Angela Merkel.

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juan carlos barrena | berlín
León

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Los socialcristianos bávaros (CSU), hermanos de sangre de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller federal, Angela Merkel, claman venganza. Venganza por la dimisión el viernes de su ministro de Agricultura y antes titular de Interior Hans Peter Friedrich, forzado a dejar su cargo por hacer un favor a sus socios socialdemócratas (SPD) cuando la ‘gran coalición’ de gobierno se estaba gestando, en otoño. Los bávaros exigen abiertamente y a cambio de la dimisión de Friedrich la cabeza del líder parlamentario socialdemócrata, Thomas Oppermann. Le acusan de indiscreción y de ser el responsable de hacer público el chivatazo de advertencia de Friedrich al presidente del SPD, Sigmar Gabriel, sobre la investigación policial abierta en octubre contra uno de sus diputados por presunta posesión de pornografía infantil.

El cotilleo de Oppermann no sólo le ha costado el cargo a Friedrich por revelar secretos policiales de una investigación en curso, sino que pudo alertar al ya exparlamentario socialdemócrata Sebastian Edathy, origen de toda la trifulca. El sospechoso de pedofilia pudo enterarse de la operación policial en su contra y destruir pruebas, dicen en la CSU y piensan en media Alemania. Oppermann es «responsable político» de lo sucedido y «con sus contradicciones, su hacerse el importante, su abuso de confianza y sus distintas versiones (de los hechos) ha conducido a la ‘gran coalición’ a una grave crisis», afirmó ayer el secretario general de la CSU, Andreas Scheuer.

Primera gran crisis

Dos meses escasos lleva la ‘gran coalición’ de conservadores y socialdemócratas en el poder y ya afronta su primera gran crisis. Su resolución es complicada porque la formación bávara no está dispuesta a ser la única en pagar los platos rotos de un escándalo que debería afectar sólo al SPD. Sigmar Gabriel, vicecanciller federal y líder socialdemócrata, reconoció ayer la injusticia de que un escándalo que afecta a su partido tenga consecuencias personales en otro.

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