«Eres la basura que contamina este país. No haber venido»

Después de huir de las maras, de sobrevivir a los coyotes, de evitar a los zetas y a las mafias mexicanas, algunos logran cruzar el Río Bravo, sólo para encontrarse con las patrullas fronterizas de EE UU. Y entre ellas, ‘Mala Cara’, el agente del que hablan niños que ni se conocían entre sí. Una de ellos responde a la iniciales E.M., pero ‘Mala Cara’ la llamaba ‘Princesa’. Había sido violada y embarazada en Guatemala antes de huir a Estados Unidos, donde el sueño americano se convirtió en pesadilla.

«Bienvenida al infierno», le dijo en tono sarcástico el agente. «Si quieres agua, bebe del retrete», les espetan. Los baños masificados están teñidos de excrementos y atascados de compresas. No hay papeleras y pedirlas es algo que no ayuda. «Tú eres la basura que contamina este país. Si no te gusta, no haber venido». ¿Mantas? «¡Esto no es un hotel de cinco estrellas! Putas, ¿para qué habéis venido? Sólo venís a robarnos el dinero».

Son algunos de los epítetos que recuerdan las niñas que se han atrevido a presentar su queja a través de Esperanza Project. K.M. recuerda que una temblaba de arriba a abajo. Tenía sangre en la cara y en el pecho. Cuando pasaba junto a ella uno de los policías que hacía la ronda se llevaba un dedo a los labios en señal de silencio. . «Sólo después de que la presionó acabó admitiendo que, tras detenerla, el patrullero la llevó a una gruta y la violó», dice el informe de Esperanza Project.