Marine Le Pen busca romper el aislamiento que le aleja del poder
El Frente Nacional, con 7 millones de votos, tiende la mano a los conservadores eurófobos.
Marine Le Pen es la líder del Frente Nacional francés.
El ultraderechista Frente Nacional busca alianzas con otras fuerzas soberanistas conservadoras y eurófobas para salir del aislamiento que le ha dejado sin ninguna región pese a haber batido el domingo su récord absoluto con cerca de siete millones de votos en la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas. Los Republicanos del conservador Nicolas Sarkozy, vencedores de la consulta con siete de las trece asambleas, se dividen acerca de la estrategia a seguir para reconquistar el Elíseo en 2017. Mientras, el socialista François Hollande mantiene la política gubernamental reformista criticada desde su izquierda después de perder en las urnas más de la mitad del poder regional que ejercía de manera hegemónica desde 2010.
El FN sumó en toda Francia 6.820.147 votos, 200.000 más que los obtenidos en las presidenciales de 2012 por Marine Le Pen. El hito histórico logrado entonces por su presidenta ha sido superado a pesar de que la participación esta vez ha sido más de veinte puntos inferior, 58,5% frente al 80%.
Vencedora de la ronda preliminar de estas regionales el 6 de diciembre, cuando ganó en seis de las trece regiones metropolitanas, la formación de extrema derecha ha ampliado su capital electoral entre las dos vueltas en más de 800.000 papeletas. De hecho, progresa en votos en todas las regiones excepto en Córcega, donde perdió 577 sufragios, y en Isla de Francia, con capital en París, donde perdió 59.000.
El FN ha vuelto a ser el partido más votado de Francia, como ocurrió en las elecciones europeas de 2014 y en las departamentales de marzo pasado. Los 10,1 millones sumados por el centroderecha y los 7,3 millones contabilizados por las listas de izquierda son el fruto de coaliciones y no de candidaturas en solitario.
Como ya ocurrió en marzo cuando el partido más votado se quedó sin ninguna provincia, las regionales han vuelto a demostrar con toda la crudeza el estéril aislamiento de la extrema derecha en un sistema electoral a dos vueltas como el francés. «El FN estaba solo contra la alianza de comunistas, ecologistas, cazadores, republicanos, sindicatos, masonería y demás», se lamentó el fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, quien calificó de «pírrica» la victoria de los partidos que se alternan en el poder.
En esta tesitura, el vicepresidente del FN, Florian Philippot, apostó por sellar una alianza con el partido soberanista Debout la France del conservador eurófobo Nicolas Dupont-Aignan.