Diario de León

Los Campos Elíseos se blindan ante la tercera jornada de protesta de los 'chalecos amarillos'

La gran avenida parisina estará cerrada al tráfico y los peatones deberán acceder a través de una veintena de barreras de control policial

Chalecos amarillos, en la protesta de este sábado en el Arco del Triunfo de los Campos Elíseos, en París

Chalecos amarillos, en la protesta de este sábado en el Arco del Triunfo de los Campos Elíseos, en París

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Eva Cantón
León

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París vuelve a ser este sábado el escenario de una nueva movilización de los llamados chalecos amarillos. Será el tercer acto de una protesta nacida del malestar de las clases medias de la Francia rural y periurbana que va más allá del rechazo a la subida del impuesto a los carburantes, medida que el Gobierno prevé aplicar en el marco de la ley de transición ecológica el próximo enero.

Para evitar que se repita la batalla campal que dejó una treintena de heridos, más de cien detenidos y numerosos daños materiales tras la manifestación del pasado 24 de noviembre en los Campos Elíseos, el ministerio del Interior ha previsto un impresionante dispositivo de seguridad con cerca de 5000 policías y gendarmes, 2000 más que hace una semana.

Desde las 6 de la mañana de este sábado, en la gran avenida parisina la circulación rodada está prohibida a lo largo de un perímetro de 1,5 kilómetros en el que se han instalado 20 puntos de acceso para los peatones, al estilo de las fan zone, el espacio habilitado durante los grandes acontecimientos deportivos para garantizar la seguridad.

Primeras tensiones

La policía pedirá un documento de identidad y registrará bolsos y mochilas. A las 9 horas se habían producido las primeras tensiones entre manifestantes y fuerzas del orden, que han lanzado gases lacrimógenos.

Los teatros y museos situados en el área de los Campos Elíseos permanecerán cerrados, mientras los comerciantes de la zona temen una nueva jornada negra. Según el Ayuntamiento de la capital, las pérdidas del pasado sábado se elevan a un millón de euros.

Los alrededores del Palacio del Elíseo, el Ministerio del Interior, la plaza de la Concordia, la Asamblea Nacional o Matignon (sede el primer ministro) también estarán fuertemente custodiados para impedir concentraciones en las proximidades.

La labor de las fuerzas del orden se verá complicada por las numerosas concentraciones convocadas en diversos puntos de la capital. Además de los Campos Elíseos, la puerta Maillot (norte), la plaza de la República o el Panteón verán desfilar chalecos amarillos, trabajadores o estudiantes respondiendo a diversas convocatorias. El colectivo banlieue respect podría sumarse para mostrar el apoyo de los suburbios a los chalecos amarillos.

Interior está igualmente en alerta por la posible presencia de miembros de la ultraderecha nacionalista y de la ultraizquierda antifascista infiltrados entre los manifestantes con la única intención de enfrentarse a la policía o entre ellos.

Fracaso del diálogo

El presidente francés, Emmanuel Macron se enfrenta a la crisis social más grave del mandato sin que de momento se vislumbre una salida clara. Su propuesta de abrir un diálogo sin renunciar a la tasa a los carburantes, ha dejado a todo el mundo insatisfecho.

Incluso en sus propias filas crece el malestar con la inflexibilidad del presidente, a quien reclaman una moratoria en la aplicación de la tasa que ha desatado la protesta. El Elíseo argumenta que ceder hipotecaría las futuras reformas pero para muchos diputados de La República en Marcha si ahora no se suelta lastre Macron se puede olvidar de su programa reformista.

La gestión del primer ministro, Edouard Philippe, también suscita críticas. El jefe del Ejecutivo ha intentado sin éxito hablar con los representantes de un movimiento heterogéneo fraguado en las redes sociales al margen de partidos y sindicatos y sin apenas estructura.

Este viernes sólo dos interlocutores acudieron a la cita convocada en la sede del primer ministro y uno de ellos la abandonó a la media hora porque Philippe se negó a que la reunión fuera grabada y retransmitida en directo en las redes sociales. La puerta de Matignon estará siempre abierta, dijo un Philippe desconcertado.

El movimiento lanzado el 17 de noviembre está cambiando política y sociológicamente. La reivindicación ligada al precio de la gasolina cede paso al sentimiento de que los gobernantes ni les representan ni les escuchan.

Los chalecos amarillos tienen el apoyo del 53% de los franceses, un porcentaje que se dispara hasta el 82% entre los simpatizantes de Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional) de Marine Le Pen y llega al 60% entre los de izquierda , según un sondeo elaborado por Viavoice para Libération.

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