Diario de León

Netanyahu sube la tensión bélica con la promesa de anexionarse Palestina

El apoyo de Washington a la soberanía del Golán ha dado alas a los que quieren Cisjordania.

Muñeco realizado por un artista local para despedir a Netanyahu. ABIR SULTAN

Muñeco realizado por un artista local para despedir a Netanyahu. ABIR SULTAN

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ana cárdenes | jerusalén

En un último intento de evitar fuga de votos a otros partidos de la derecha, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, prometió el sábado, si gana las elecciones de mañana, anexionar para Israel al menos parte de los territorios palestinos ocupados, donde la comunidad internacional apuesta por crear el futuro Estado palestino. «Hasta hace poco, Netanyahu permanecía cuidadoso sobre la anexión formal, prefiriendo pequeños pasos que fortalecieran la conexión de los asentamientos con Israel. Prefería dejar los espacios abiertos en Cisjordania para un futuro acuerdo con los palestinos», explicaba ayer el analista Aluf Benn en el diario Haaretz . «Pero bajo la presión electoral y una creciente dependencia de sus socios de ultraderecha, mientras se acerca una decisión sobre su imputación por corrupción, Netanyahu ha cambiado de dirección y ha empezado a sugerir su apoyo a una anexión apoyada por Estados Unidos», indicaba el periodista.

El reciente reconocimiento por Washington de la soberanía israelí sobre el territorio sirio de los Altos del Golán, ha dado alas a los grupos que reclaman que se extienda la soberanía israelí a Cisjordania, o al menos a los grandes bloques de asentamientos judíos. Los partidos a la derecha del Likud de Netanyahu, como Nueva Derecha, Zehut o la Unión de Partidos de Derechas, apuestan claramente por la anexión de la denominada Área C en los Acuerdos de Paz de Oslo, que abarca un 60 % de Cisjordania y donde residen la mayoría de los colonos.

Declaración formal

Muchos en el Likud también apoyan la anexión de al menos partes de ese territorio y el Comité Central del partido lo pidió explícitamente en 2017, pero Netanyahu nunca había apostado tan claramente en público al respecto. El sábado, sin embargo, preguntado en una entrevista por qué en sus diez años al frente del Gobierno no había anexionado el asentamiento de Maale Adumim (cerca de Jerusalén) y el bloque de colonias de Gush Etzion (entre Jerusalén y Belén), respondió: «¿Quién dice que no lo voy a hacer?». Tras destacar el reconocimiento estadounidense de la soberanía israelí en el Golán, aseguró: «Seguiremos adelante con la próxima fase. Sí, extenderé la soberanía». «Yo no distingo entre los bloques de asentamientos y los asentamientos aislados, porque cada asentamiento es israelí, y yo no lo entregaré a la soberanía palestina», dijo, y prometió que no dividirá Jerusalén, no evacuará ninguna colonia y garantizará que «Israel controla el territorio al oeste del Jordán».

También aseguró que ha dejado claro al presidente de EEUU, Donald Trump, que no está dispuesto a sacar «ni a una sola persona» de las colonias en territorio ocupado. Todas ellas, cuestiones que imposibilitarían la creación de un Estado palestino viable e independiente.

Según una encuesta reciente, un 42 % de la población israelí apoya algún tipo de anexión en Cisjordania. Una postura que mantienen no solo ciudadanos de derechas, sino que incluye a votantes del bloque de centro-izquierda. El analista Sever Plocker enmarcaba ayer esta situación en el hecho de que «la clase media ha virado a la derecha». «El bloque de centro-derecha ha reemplazado la aspiración de acabar con la ocupación con el concepto de ‘separación’, que significa un gobierno palestino civil limitado en partes de Judea y Samaria, control militar exclusivo israelí sobre la mayor parte del territorio y la anexión de entre el 8 y el 80 % del territorio», afirma Plocker.

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